viernes, 27 de noviembre de 2020

La Modernidad: René Descartes.

 

DESCARTES 



Qué entendemos por Modernidad? En primer lugar, desde nuestros días, la Edad Moderna estaría situada entre la Edad Media y la Contemporánea. Pero es desde la segunda mitad del siglo XV cuando se comienza a utilizar el concepto de Edad Media para señalar un segundo período, ya superado, de la historia de la humanidad. El advenimiento de la Modernidad es, sin embargo, un lento proceso, que dura siglos; el Renacimiento, como hemos visto, sería ese primer paso, el que marca la separación con la época posterior.

Por Modernidad entendemos, por lo tanto, una serie de rasgos, de características, que definen a dicho periodo, y que suponen una cierta ruptura, la aparición de un nuevo clima intelectual. Hitos históricos como el descubrimiento de América, la invención de la imprenta, el fortalecimiento de la burguesía, la escisión de la Iglesia a partir de la Reforma impulsada por Lutero y el progresivo distanciamiento entre poder político y poder religioso, entre razón y fe, pueden ayudarnos a comprender el espíritu de la época moderna.

Siguiendo la tradicional distinción de Karl Löwith, podríamos decir que los tres grandes periodos de la historia del pensamiento vienen marcados por la supremacía de un tema en cada uno de ellos: así, muy a grandes rasgos, podríamos decir que el mundo griego se ocupó de la Physis, de la Naturaleza, la Edad Media tomó como referencia la idea de Dios, y la Modernidad, en cambio, se definiría por la aparición del Humanismo.  el mundo cultural propio del Barroco, donde es posible observar la importancia dada al ser humano, a diferencia de la época anterior (sobre todo en el desarrollo apoteósico de la pintura barroca, y, en especial, en los retratos).

ACTIVIDAD 1:¿QUÉ ENTEDEMOS POR MODERNIDAD?

El racionalismo .Características generales.

La Razón es, para Descartes, la única que puede llevarnos al conocimiento verdadero. De ahí el nombre de esta corriente de pensamiento. Según esto, con las capacidades naturales y operaciones propias de la razón nos bastaría para conocer todo aquello que podemos conocer.Hay por lo tanto una fe absoluta en la razón como motor y guía del conocimiento (y por contra, como veremos, casi un desprecio absoluto por los sentidos como fuente del conocimiento).

 La divergencia de opiniones entre los hombres sólo se explica por el mal uso que hacemos de la razón. Y esto pone de manifiesto, además, la necesidad de un método para dirigir correctamente a la razón misma, y con ella a los hombres.

La ciencia moderna, que culminará posteriormente en la obra de Newton, es la empresa racional más importante que cabe en la historia de la humanidad. Su desarrollo permitirá la acción transformadora del hombre sobre el mundo, sobre la Naturaleza. Pero en esta época filosofía y ciencia se dan la mano. Como fruto de las mismas corrientes sociales que generan el mercantilismo y el estado absolutista, la filosofía pondrá el acento en la Razón, única, objetiva, universal. La idea del Método es la plasmación de este pensamiento: el ideal matemático trasladado a la vida misma, al ejercicio del pensamiento en acción, a aquello que nos define como seres humanos y nos diferencia de los animales.

La filosofía racionalista es precisamente el ejercicio correcto de la Razón, la pureza del pensamiento sin ataduras, en pleno ejercicio de sus facultades. La confianza absoluta en el poder de nuestra mente nos lleva, en el ambiente triunfalista del Barroco, a una concepción del ser humano en toda su complejidad, pero alejándonos de sus pasiones y emociones. Por ello la teoría del conocimiento es el punto central, la clave de la filosofía en la época moderna.

ACTIVIDAD 2: CARACTERÍSTICAS DEL RACIONALISMO.

René Descartes.Vida y obra



Como acabamos de ver, René Descartes fue, además de un gran filósofo, matemático y físico. Su pensamiento influyó poderosamente en la historia de la ciencia y marcó de manera decisiva la visión misma del ser humano de los autores posteriores.

Nacido en la ciudad francesa de La Haye en 1596, fue enviado a estudiar al colegio de La Flèche, donde recibió una educación clásica y a la vez científica. Después cursó estudios de derecho en la Universidad de Poitiers. En 1618 decidió dedicarse a la carrera militar (estuvo en la Guerra de los Treinta Años). Tras dejar la vida militar se traslada a París, donde en 1628, escribe las Reglas para la dirección del espíritu, su primera obra importante. En 1629 se instala en Holanda (donde pasaría veinte años). En 1637 publica su Discurso del Método, que le dará la famajunto con tres estudios científicos (Dióptrica, La Geometría y Los meteoros) y, en 1641, las Meditaciones metafísicasEn 1649 acepta la invitación de la Reina Cristina de Suecia donde, al año siguiente, muere.

Su obra fue tachada de atea e incluso perseguida (llegando a estar en el Índice, la lista de los libros prohibidos). Sus ideas eran contrarias a las escolásticas; su método, revolucionario. En matemáticas lo recordamos por las coordenadas cartesianas (inventó la geometría analítica). Comenzó la redacción de un tratado de física, que no llegó a publicar ante la condena de Galileo (1633). En Holanda sufrió ataques tanto por parte de católicos como de protestantes. Y, sin embargo, en sus obras uno de los aspectos fundamentales es el intento de demostrar la existencia de Dios a través de la Razón.

Utilizando una metáfora del propio Descartes, podríamos decir que en su obra se intenta llegar al árbol de la sabiduría: las raíces de dicho árbol serían la Metafísica, el tronco la Física o filosofía natural, y las ramas serían las diversas ciencias (en particular, la medicina, la mecánica y la moral). De todo ello se ocupó Descartes en su pensamiento, que ahora pasamos a ver.

Razón y verdad.

 Descartes le interesa un camino seguro hacia la verdad. Por su formación en La Flèche conoce las obras clásicas de Aristóteles, pero el método aristotélico no puede servirle en su empeño. La lógica aristotélica, la silogística, no es un método para descubrir nuevas verdades, sino para demostrar lo que ya sabemos. No es un método de descubrimiento, que es lo que busca Descartes, un método nuevo.

En el Prefacio del Discurso del Método el autor especifica "para bien dirigir la razón y buscar la verdad en las ciencias". El método será pues un conjunto de reglas, ciertas y fáciles, tales que todo aquel que las observe exactamente no tomará nunca algo falso por verdadero y, sin ningún esfuerzo inútil, seguirá siempre aumentando gradualmente su conocimiento.

Lo que buscamos es pues "establecer algo firme y durable" tanto en las ciencias como en la filosofía, especialmente, ya que la filosofía no ha progresado por el camino seguro de la ciencia. Recordemos que el sistema aristotélico ha caído gracias a la obra de autores como Copérnico, Kepler o Galileo (perseguido éste último por el Tribunal del Santo Oficio). Pero no hay todavía un nuevo sistema que lo sustituya en el orden del pensamiento. Y esto es precisamente lo que busca nuestro autor: un nuevo orden para el propio pensamiento; un orden inalterable, duradero, que perdure a lo largo de los siglos venideros sin posibilidad alguna de volver a caer en el error. Los cimientos de la nueva filosofía deben ser unos pilares sólidos, inmutables, como la verdad misma.

ACTIVIDAD 3:¿QUÉ ENTIENDE DESCARTES POR RAZÓN Y VERDAD?

Reglas del Método:



La exposición del método requiere previamente aclarar las operaciones mentales que vamos a utilizar en los diversos pasos del método: la intuición y la deducción.

La intuición es una actividad puramente intelectual, un ver intelectual que es tan claro y distinto -tan evidente- que no deja lugar a dudas. Es pues una concepción libre de dudas de una menta atenta y no nublada, dice Descartes, que brota de la luz de la sola razón: una especie de luz natural que tiene por objeto las naturalezas simples (por medio de ellas captamos inmediatamente conceptos simples emanados de la razón misma).

La deducción se describe como toda inferencia necesaria a partir de hechos que son conocidos con certeza. Entre unas naturalezas simples y otras aparecen conexiones que la inteligencia descubre y recorre por medio de la deducción; sería, en definitiva, el paso lógico de unas a otras.

El método consiste en una serie de reglas para emplear correctamente estas dos operaciones fundamentales de la razón.

La exposición de tales reglas la podemos hallar en dos escritos: las Reglas para la dirección del espíritu y el Discurso del Método. Por haber redactado el Discurso después de las Reglas, el autor puede ofrecernos en él una sintesis del método en cuatro concisas reglas:

REGLA I: No aceptar como verdadera cosa alguna si no sabemos con certeza o evidencia que lo es.

La evidencia se define, a su vez, por dos caracteres esenciales, a saber, claridad distinción. Con esta regla, lo que pretende Descartes es dotarnos de un principio o criterio de certeza que nos lleve necesariamente a la verdad.

Descartes llama claro a aquello que está presente y manifiesto a todo espíritu atento, y llama distinto a aquello que es tan preciso y diferente de todos los demás objetos que no contiene en sí mismo nada que no esté claro. Así, una idea o proposición clara y distinta es evidente, y, por lo tanto, puede darse por verdadera con total seguridad.

REGLA II: Dividir cada una de las dificultades que examinare en tantas partes como fuese posible y cuantas requiriese su mejor solución. Se trata del método que Descartes denomina análisis o resolución, y que tiene por objeto facilitar el conocimiento de las naturalezas simples reduciendo paso a paso proposiciones complicadas u oscuras a aquellas que son más simples.

REGLA III: Ascender por deducción de los elementos simples al conocimiento de lo complejo. Es la síntesis o composición que, partiendo de la captación intuitiva de las naturalezas simples, llega al conocimiento de todas las cosas cognoscibles, infiriendo una cosa de otra en un proceso deductivo, ordenado y gradual.

REGLA IV: Examinar con todo cuidado la cadena deductiva para estar seguros de que no se ha omitido nada ni se ha cometido error alguno, es lo que Descartes denomina enumeración o comprobación.

ACTIVIDAD 4: REGLAS DEL MÉTODO.

 El Criterio de verdad :



El Racionalismo se define como el intento de llegar a la verdad a través de la Razón, fuente de todo conocimiento (o, al menos, de todo conocimiento fiable y seguro). Recordemos que el ideal al que aspira Descartes como filósofo es el ideal matemático mismo. Pretendemos llegar en la filosofía a lo mismo que los matemáticos han elaborado a lo largo de los siglos: un conocimiento estable, duradero, eterno.

Por eso confiamos en la razón, no en los sentidos. El Empirismo se definirá como el adversario filosófico del Racionalismo. En la Edad Moderna, el tema fundamental es el del conocimiento, y, en este sentido, Racionalismo y Empirismo nos muestran un origen distinto del conocimiento mismo.

El problema es pues, en primer lugar, aclarar cómo podemos llegar a la verdad sin error posible. Y para ello Descartes formula la pregunta sobre el criterio de verdad. En el primer momento del Método hemos definido la evidencia como el criterio que seguiremos para llegar a la verdad: la intuición me proporciona un ver intelectual, tan claro y distinto, que no deja lugar a dudas (la analogía con la verdad matemática es clara).

Como paso previo a la aplicación del método, Descartes plantea la necesidad del ejercicio de la duda metódica. Si intentamos encontrar una verdad cierta y segura, si buscamos una certeza absoluta de la que partir y en la que apoyar todo nuestro conocimiento, es necesario en primer lugar dudar de todo aquello de lo que se pueda dudar.

Esta duda es metódica pues se trata de un paso o una etapa previa necesarios en la búsqueda de la certeza. Descartes la define como provisional o teorética. Y es que Descartes no es un escéptico, no llega a la duda como conclusión, sino como un recurso para establecer el punto de partida del verdadero conocimiento, cierto y seguro. Para poder estar seguros de algo y tener la certeza de su verdad, es necesario en primer lugar dudar de todo.

ACTIVIDAD 5: ¿QUÉ ENTIEDE DESCARTES POR EL CRITERIO DE VERDAD?

La duda metódica:

En primer lugar, dice Descartes, es prudente dudar de aquello que hemos aprendido a través de los sentidos, puesto que si alguna vez éstos nos han engañado, ¿cómo podremos fiarnos de ellos en lo sucesivo?

En segundo lugar, "y dado que hay hombres que se equivocan al razonar, incluso de las materias más simples de geometría y cometen en ellas paralogismos, juzgando que yo soy un sujeto falible en el mismo grado que cualquier otro, rechacé como falsas todas las razones que antes había tomado por demostraciones" (Discurso del Método, IV parte).

Descartes niega así incluso las verdades matemáticas (y hay que tener en cuenta que él mismo es un matemático). Con esto queremos mostrar el carácter universal de la duda metódica y su radicalidad.

Pero todavía hay más: "finalmente, considerando que todos los mismos pensamientos que tenemos en vela nos pueden acaecer también cuando dormimos", ¿cómo puedo diferenciar el sueño de la vigilia, el estar dormidos del estar despiertos? O, peor todavía: ¿cómo podemos estar seguros de que todo aquello de lo que creemos estar seguros no sea más que un sueño?


 Actividad 6 :¿Qué es real y qué no lo es? Matrix.¿QUÉ ENTIENDE DESCARTES POR DUDA METÓDICA?

La primera verdad :

En el ejercicio de la duda metódica negamos lo que conocemos a través de los sentidos; la "realidad misma" puede no ser más que un sueño. Incluso las proposiciones matemáticas, que han sido tomadas como modelos de verdad, pueden ser falsas. Y, sin embargo, como ya hemos comentado, Descartes no es un escéptico, porque el ejercicio de la duda es el paso previo a la verdad, esa verdad de la que no se puede dudar, ese resto indubitable: cogito ergo sum, pienso luego existo.

El pensamiento, mi pensamiento, aparece pues como una realidad en sí misma indubitable; la duda puede afectar al contenido del pensamiento, pero no al pensamiento mismo. Es decir, estoy seguro de que pienso, de que estoy pensando, luego existo al menos como realidad pensante.

En el acto mismo de la duda se pone de manifiesto, dice Descartes, mi existencia. Como ya dijera anteriormente S. Agustín de Hipona: "si enim fallor, sum", incluso si yerro, si me equivoco, existo.

Pero la diferencia entre S. Agustín y Descartes es clara: el cogito, ergo sum es la verdad indubitable sobre la que se propone nuestro autor fundamentar su filosofía; es la primera verdad y la más segura de todas, porque es una verdad que se presenta clara y distintamente a todo espíritu atento. De esta forma es el sujeto cognoscente, con su razón, la piedra angular de todo el edificio del conocimiento, de toda la filosofía.

El pensamiento es lo que nos define, lo que nos hace ser lo que somos: una cosa que piensa. Este es el ejemplo del Racionalismo llevado a su máxima expresión. 

Actividad 7: Lectura .¿Qué nos quiere decir el texto de Descartes?.Justifica tu respuesta

En uno de los textos más famosos de toda la historia de la filosofía, Descartes nos dice:

"Examine después atentamente lo que yo era, y viendo que podía fingir que no tenía cuerpo alguno y que no había mundo ni lugar alguno en el que yo me encontrase, pero que no podía fingir por ello que no fuese, sino al contrario, por lo mismo que pensaba en dudar de la verdad de las otras cosas, se seguía muy cierta y evidentemente que yo era, mientras que, con sólo dejar de pensar, aunque todo lo demás que había imaginado fuese verdad, no tenía ya razón alguna para creer que yo era, conocí por ello que yo era una sustancia cuya esencia o naturaleza toda es pensar, y que no necesita, para ser, de lugar alguno ni depende de cosa alguna material; de suerte que este yo, es decir, el alma por la cual yo soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y hasta más fácil de conocer que éste, y, aunque el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es."

Discurso del Método, IV Parte, (traducción de Manuel García Morente, en Espasa Calpe).


Antes que nada, y , por encima de todo, yo soy una cosa que piensa (res cogitans), y lo que define mi esencia o naturaleza es el pensar.
Demostración de la existencia de Dios:

Por otro lado, en las Meditaciones Metafísicas (Meditación II: De la naturaleza del espíritu humano; y que es más fácil de conocer que el cuerpo), afirma: "¿Qué soy, entonces? Una cosa que piensa. Y, ¿qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina también, y que siente. Sin duda no es poco, si todo eso pertenece a mi naturaleza".

Hasta ahora Descartes ha demostrado que existe algo que piensa (esto es, dice, una mente, un espíritu, un entendimiento o una razón). Pero todavía queda por demostrar la existencia del mundo mismo (que ha sido puesto previamente en duda, no lo olvidemos).

Para resolver este problema Descartes tiene que recurrir previamente a la demostración de la existencia de Dios en su sistema. Luego, una vez que ha conseguido demostrar su existencia, entonces, a través del principio de veracidad divina (puesto que Dios es bueno y bondadoso no puede querer que yo viva en el engaño) conseguirá demostrar la existencia del mundo mismo.

Puede ser que a nuestros oídos suene extraño esta forma de proceder del autor, pero hay que tener en cuenta el momento histórico concreto en el que vive (durante toda la Edad Media la cuestión de la demostración de la existencia de Dios ha sido fundamental en la filosofía).

La demostración de la existencia de Dios la plantea Descartes de tres formas distintas:

La primera de ellas requiere previamente aclarar la teoría de las ideas innatas. Según Descartes existen tres tipos de ideas: las ideas innatas, que están en nosotros desde el momento mismo del nacimiento, al menos como potencialidad, las ideas adventicias, o derivadas de los sentidos, y finalmente, las ideas facticias, o construcciones de nuestra imaginación. Hecha esta distinción, la cuestión está clara. Si en nosotros habita la idea de Dios como lo perfecto e infinito, ¿de qué tipo de idea se trata? Evidentemente, de una idea innata; pero, ¿cómo está presente en nosotros esa idea de infinitud y perfección, siendo nosotros seres finitos e imperfectos? La respuesta supone aceptar que es Dios mismo quien ha introducido en nosotros esas ideas innatas.

El segundo argumento se basa en mi propia existencia. ¿A qué se debe? No se puede deber a mí mismo, ni a que haya existido siempre, ni, por supuesto, a una causa menos perfecta. Luego he de buscar la respuesta definitiva en Dios.

El tercer argumento, no menos importante, es una variación del argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury: si mi mente es capaz de pensar en un ser infinito y perfecto, ha de pensarlo también como existente, pues de lo contrario le restaría perfección. Luego, a partir de la idea de perfección se deduce la existencia misma del ser divino.

 Una vez demostrada la existencia de Dios, siendo éste bueno y perfecto, no puedo pensar que permita que nos engañemos en todo caso, por  lo que aquellas proposiciones que veo muy clara y distintamente deben ser verdaderas y por tanto la idea de existencia de la realidad corpórea no puede ser una mera fantasía.

Solamente nos queda, para concluir la metafísica cartesiana, el paso de lo ideal a lo corpóreo. El yo o alma pensante es entera y absolutamente distinta de mi cuerpo, y puede existir sin él. En el sistema cartesiano es necesario el recurso a Dios, a través del principio de veracidad divina, para llegar al auténtico conocimiento, no sólo de mi propio cuerpo, sino de todo lo material, del mundo físico y sus leyes. Puedo pasar entonces al orden de la Física.

ACTIVIDAD 8: CÓMO DEMUESTRA DESCARTES LA EXISTENCIA DE DIOS.
La estructura de la realidad.La teoría de las tres sustancias:

Descartes definió la sustancia como "una cosa existente que no requiere más que de sí misma para existir". Si pensamos en esta definición veremos que solamente es aplicable a Dios. De esta forma se hace necesaria la distinción entre sustancia infinita y sustancias finitas.

Al contrario que los escolásticos, Descartes aplica el término sustancia primeramente a Dios, y luego, por analogía, a las cosas naturales. Las sustancias finitas serían la Res cogitans, el pensamiento, y la Res extensa, la materia definida por la cualidad de la extensión.

Lo que nosotros percibimos son sólo atributos de las sustancias, y gracias a ellos obtenemos el conocimiento de éstas. El atributo de la sustancia espiritual es el pensar, y el atributo de la sustancia corpórea es la extensión. Es decir, existen el pensamiento y la extensión como realidad distintas, y puedo captarlas de una manera diferente. Los modos o modificaciones particulares de cada sustancia son los diversos pensamientos, en el primer caso, y la figura y el movimiento, en el caso de la sustancia extensa.

Pero Descartes no desarrolla su sistema partiendo de Dios, para luego demostrar la existencia de todo lo demás, como hemos visto (sí lo hace así otro racionalista, Baruch Spinoza). Parte de la verdad del cogito, del pensamiento mismo, para llegar a demostrar a partir de ella todo lo demás.

ACTIVIDAD 9: EXPLICA LA TEORÍA DE LAS TRES SUSTANCIA EN DESCARTES.

El dualismo cartesiano: Alma y cuerpo.

Lo que define al ser humano es su capacidad de pensar. Descartes tiene una noción bastante amplia de lo que es pensar: no solamente razonar, sino también sentir o soñar forman parte de lo que él llama pensamiento.

Soy una cosa que piensa, dice en su famoso texto del Discurso del Método. El yo o alma, la res cogitans, es entera y absolutamente distinta de mi cuerpo (res extensa); incluso puede existir sin éste.

Pero si son tan diferentes, entonces se plantea el problema de la relación entre ambos. ¿Cómo interaccionan alma y cuerpo? ¿Qué relación guardan una y otro? Sabemos que hay movimientos que son estrictamente físicos, mecánicos, similares a los del resto de los animales (comparables a los movimientos de las máquinas, tan de modo por entonces). Por otro lado, hay movimiento voluntarios, en los que se ejercita el alma (la capacidad de decisión, la voluntad, y la capacidad de pensar están relacionadas).

Descartes sabía que esto planteaba un problema en su sistema: ¿cómo entran en contacto una realidad inmaterial y otra material, tan distintas? Por eso planteó como solución la existencia de una glándula, la glándula pineal, en la que se producía este maravilloso e incomprensible fenoméno, fundamental para entender al ser humano.

Actividad 10 :¿Crees que lo que diría hoy Descartes sobre la relación Mente -cuerpo o alma -cuerpo sería parecido a este vídeo? Justifica tu respuesta.



Actividad 4:Realiza las siguientes actividades que se proponen para el siguiente texto del Descartes, Discurso del Método,

Discurso del Método, IV.



«Así, a causa de que nuestros sentidos nos engañan algunas veces, quise suponer que no había ninguna cosa que fuera como las imágenes que ellos nos transmiten de esa cosa. Y como hay hombres que se equivocan al razonar, incluso en cuanto a las cuestiones más simples de la geometría y cometen en ellas razonamientos falsos, juzgando que yo estaba expuesto a equivocarme como cualquier otro, rechacé como falsas todas las razones que había tomado antes por demostradas. En fin, considerando que todos los pensamientos que tenemos cuando estamos despiertos nos pueden venir también cuando dormimos, sin que haya ninguno que, por tanto, sea verdadero, resolví fingir que todas las percepciones que hasta entonces habían entrado en mi mente no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños. Pero enseguida me di cuenta de que, mientras quería pensar así que todo era falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese algo. Y notando que esta verdad pienso luego existo era tan firme y tan segura que hasta las más extravagantes suposiciones de los escépticos no eran capaces de hacer tambalear, juzgué que la podía recibir sin escrúpulo como el primer principio de la filosofía que buscaba».

 

Autor

Tema 

Ideas principales.EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS

Relación de las ideas de Descartes con la actualidad.Vs apuntes en Fotocopias.

Definición de conceptos:

Razón,verdad, Método,duda

EL EMPIRISMOS.DAVID HUME.



APUNTES

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