lunes, 17 de febrero de 2020

Unidad 7 : Marx.

                                          
 KARL MARX:

PRESENTACIÓN DE MARX


Marx 2012 1 de marinatoste


 
Esquema de relación con otros autores:


Esquema Marx - Platón


Antropología

                                               - cuerpo
- Platón → ser humano                                            → naturaleza humana esencialista
                                               - alma (esencia=yo)                           (idealismo)
                                                                                  
- Marx → ser humano →   no tiene naturaleza sino historia (social) = materialismo
                                               - “el trabajo hizo al hombre”-


Política

- Platón →  crítica a la democracia
                                                           → → necesidad de transformación social
- Marx →  crítica al capitalismo


- Platón →  Polis ideal →→ Bien de la comunidad (aristocracia del saber)
                                                           -Armonía-funciones: Modelo estático-
                                               a) viajes a Siracusa, Academia…

- Marx →  Sociedad ideal “comunista” → justa/igualitaria, según capacidades/necesidades
                                                           - Lucha de clases/contradicciones: modelo dinámico-
                                               b) Primera Internacional → mov. Obrero, Comuna de París


- Platón → importancia de la educación  → subordinación del individuo a la sociedad
                                   -saber-                        -planificación racional comunitaria-
                                                                                             
- Marx →  importancia de las elites intelectuales → transformación de la sociedad                                             -conciencia de clase-                          después de la revolución

Esquema Marx - Kant


Ilustración

Kant →                                                                                              sociedad cosmopolita
            Emancipación → concepción teleológica → libertad/ →
                    humana               de la historia                igualdad
Marx →                                                                                             sociedad comunista


Kant → plan oculto natural → insociable sociabilidad → constitución republicana
                                                                                              sociedad cosmopolita

Marx → leyes históricas → lucha de clases → avance histórico

Kant → ¿Progreso técnico implica progreso moral?
Marx → NO → Razón ilustrada (ideas: libertad…) → progreso social 
               SÍ → cambios en condiciones socioeconómicas → progreso social


Ética

Kant → el hombre no es un medio, es un fin; no tiene precio, sí dignidad (valor                                                                                                                                     absoluto)

Marx → crítica al capitalismo: alienación; hombre como mercancía-cosa; explotación…


Conocimiento

Kant → Idealismo: la realidad es una construcción del sujeto (conciencia/pensamiento)

Marx → Materialismo: la realidad es una construcción social; las ideas derivan de las                                                             acciones, de la actividad de ser social


¿Qué va primero: la ética o el conocimiento?

Kant → Primado de la Razón Práctica: la ética es el  verdadero mundo humano (la                                                                                                                libertad)

Marx → Primado de la Acción: hay que transformar el mundo-la sociedad (no solo                                                                 
Relación de Marx con otros autores:

Ideas para relacionar a Marx con otros autores

Publicado el por Eugenio Sánchez Bravo
Marx cuelga el retrato de Hegel (Imagen de José Luis Cano)
- Platón:
Aunque son evidentes las diferencias en el plano metafísico (Platón es idealista y Marx materialista) en ambos es común el intento de llevar a la práctica las ideas políticas. Platón realizó tres viajes a Siracusa para intentar aplicar, con ayuda de su amigo Dión, las ideas expuestas en la República. Marx fundó la Primera Internacional, más conocida como Asociación Internacional de Trabajadores (1864), para hacer posible la superación de la sociedad capitalista. A ambos es común la idea de que los filósofos no están sólo para interpretar el mundo sino también para transformarlo.
El comunismo de la clase gobernante en la República de Platón se extiende a toda la sociedad en Marx. Para Marx los hombres son por naturaleza iguales y la propiedad privada no es un derecho sino un hecho casual que habrá de corregirse en una sociedad perfecta. Para Platón suprimir la propiedad privada en la clase gobernante permite que estos se ocupen de lo público y no de lo privado.
Una lectura algo libre del mito de la caverna de Platón podría servir para relacionar las sombras del fondo de la caverna y el concepto de ideología en Marx. Son ilusiones utilizadas para mantener inmovilizada a la mayoría.
Según Karl R. Popper las utopías de Marx y Platón son ejemplos de sociedades cerradas, dictatoriales, donde el individuo está subordinado al todo y cualquier tipo de cambio es imposible.
- Aristóteles:
Al contrario que el ideal aristotélico de felicidad, centrado en la contemplación, Marx afirma en la tesis 11 sobre Feuerbach que los filósofos no han hecho sino interpretar el mundo de diversas maneras; pero de lo que se trata es de transformarlo.
- Kant:
La filosofía de la historia en Kant y Hegel se caracteriza por la astucia de la razón. Por ejemplo, en Kant, es necesaria la guerra para encontrar el camino de la paz, o es necesaria la insociable sociabilidad para que sea posible el progreso. Del mismo modo, en Marx es necesaria la explotación capitalista, el exterminio de pueblos y culturas enteras como ocurrió en la India, para que pueda surgir en el futuro el comunismo.
Una de las formulaciones del imperativo categórico en Kant habla de tratar siempre a la humanidad como un fin y no como un medio. Para Marx el gran defecto social y moral de las sociedades de explotación es que no tratan a las personas como fines sino como medios, en ellas el trabajador es un mero instrumento para producir cosas, y no propiamente una persona. El trabajador se convierte en mercancía que se vende al mejor postor.
- Hegel:
Según Hegel el Espíritu es el responsable del desarrollo de la historia. En cada época, la política, la moral, la moda en el vestir, los estilos pictóricos reflejan el nivel de autoconciencia alcanzado por los seres humanos gracias al Espíritu. Pero, tras servir al Espíritu, la cultura de una época queda anticuada y surge otra nueva cultura capaz de aumentar el nivel de autoconciencia del Espíritu. Del mismo modo, Marx afirma que las relaciones de producción y la superestructura, generadas por las fuerzas productivas, se transforman por el avance de las estas.
Según Hegel, las relaciones jurídicas (el Derecho) y las formas del Estado depende de la evolución general del Espíritu: son etapas dentro del desenvolvimiento del Espíritu objetivo. Sin embargo, para Marx, la evolución del Derecho y el Estado depende de las condiciones materiales de vida a las que Hegel llamó “sociedad civil” y cuya esencia (anatomía) hay que buscarla en la Economía Política
La dialéctica, en el pensamiento de Hegel, es el modo en que el Infinito se desenvuelve en la Historia. La dialéctica es un proceso en tres momentos de los cuales los dos primeros son contrarios (tesis y antítesis) y el tercero es una reconciliación armoniosa de ambos (síntesis). El antecedente más claro de esta concepción dialéctica de la realidad es Heráclito. Marx afirmará también que la realidad procede dialécticamente pero el sujeto de la dialéctica no es el Espíritu sino la humanidad. Marx toma el concepto de dialéctica de Hegel pero elimina toda la interpretación religiosa o teológica.
La alienación en Hegel corresponde al segundo momento de la dialéctica. Es el procedimiento por el cual la Idea (tesis) se hace otra cosa radicalmente de sí misma, Naturaleza (antítesis). La razón por la que la Idea se aliena en que sólo de ese modo puede llegar al autoconocimiento. Marx retomará el término alienación liberándolo de connotaciones teológicas: el sujeto de la alienación será la clase oprimida que ha perdido su ser en el modo de producción capitalista. Puede decirse que la alienación tiene un sentido positivo para Hegel y peyorativo para Marx. En Marx la alienación se refiere a la explotación del hombre por el hombre, se refiere al momento en que la clase oprimida trabaja para producir mercancías que no le pertenecen a ella sino a la clase dominante. La causa de la alienación en Marx es el derecho de propiedad de la clase dominante sobre los medios de producción y la fuerza de trabajo.
En Hegel la etapa del Espíritu subjetivo contiene el proceso por el que se alcanza la autoconciencia individual, la realización de la libertad individual. El hombre alcanza la autoconciencia, la libertad, cuando se impone a la naturaleza mediante el trabajo, pero en un primer momento la autoconciencia requiere el reconocimiento de otra autoconciencia: sólo gracias al otro puedo llegar a ser yo. Se entabla entonces una lucha a muerte por el prestigio y el reconocimiento. El que teme morir, cede y se convierte en esclavo; el otro es reconocido como señor y trabaja para él. Esta es la conocida dialéctica del amo y el esclavo. La relación entre ambos implicará que se vuelvan las tornas. Ser el amo es una trampa mortal: el reconocimiento del esclavo no tiene valor alguno, puesto que no es un hombre libre; además, el esclavo se interpone entre el amo y el mundo, de tal modo que el amo – que no trabaja – pierde todo contacto con la realidad. En cambio el esclavo conseguirá su libertad por medio del trabajo. Así, Hegel es el primero que afirma el valor del trabajo para la constitución de la autoconciencia, tema en el que coincide con Marx. El hombre es realmente un ser productivo, y el trabajo no es otra cosa que la transformación de la realidad para la satisfacción de sus necesidades, pero transformando la realidad se transforma a sí mismo. La felicidad, la perfección humana, su propio bien, no le viene a éste propiamente de la pasividad sino de la acción, de la ocupación con las cosas (por tanto del trabajo, incluido el intelectual).
- Feuerbach:
El materialismo de Feuerbach es la inversión del idealismo hegeliano. Mientras que Hegel consideraba que lo real tiene su origen en el Espíritu o la Idea, Feuerbach afirmará que lo divino, las ideas, son un mero reflejo de la realidad material. Por ello, si para Hegel el punto de partida para comprender la historia de las ideas es el Espíritu, para Feuerbach el punto de partida ha de ser el hombre, el hombre que vive en el mundo real, material. Marx es también materialista y se remonta a DemócritoEpicuro. La crítica de Marx al materialismo de Feuerbach consiste en que el hombre no es un ser pasivo ante la realidad sino capaz de transformarla. El materialismo de Marx deriva en ateísmo, característica que tiene en común con Nietzsche.
La tesis de Feuerbach relativa a la alienación religiosa es similar a la de Jenófanes. Según Feuerbach el secreto de la teología es la antropología. Es decir: el ser divino no es sino el resultado del acto de proyectar al infinito la esencia del hombre. Dios no es sino el conjunto de los atributos humanos pero convertidos en infinitos. El resultado es que la religión aliena al hombre ya que el hombre religioso renuncia a su esencia y la contempla a Dios ya no como su propia esencia sino como una esencia “extraña”, infinita y divina. Por ello, la superación del cristianismo consistirá en que el hombre recupere su propia esencia. No hay más dios para el hombre que el hombre mismo. Y, algo importante, para Feuerbach, el hombre es un animal comunitario de ahí que su esencia consista en la unidad del hombre con el hombre. Esto es un reinterpretación heterodoxa y humanista del axioma: “Dios es amor”. Marx admite la crítica de Feuerbach a la religión pero cree que la superación de la alienación religiosa no pasa sólo por una mera crítica intelectual que Feuerbach hace sino que debe ser precedida por una transformación radical de las condiciones materiales en que viven los hombres.
- Ideología (Adam Smith, John Locke y el darwinismo social)
Marx entiende la ideología de un modo tan amplio que acaba identificando ideología con cultura (el derecho, la política, la religión, el arte, la filosofía, y hasta la misma ciencia). Las ideologías describen al hombre y su situación en el mundo y la sociedad de un modo deformado y falso. Esa deformación es utilizada por la clase dominante para mantenerse en su situación de dominio. Ejemplos claros ejemplos de ideología son: a) la teoría económica de Adam Smith según la cual el progreso económico depende de la no intervención del Estado (la mano invisible)  y la competitividad totalmente libre de los empresarios, b) la teoría de Locke según la cual el derecho a la propiedad está incluido en el estado de naturaleza, c) El darwinismo social de Spencer según el cual la situación natural del hombre es la lucha a muerte por la supervivencia donde debe quedar arriba el más fuerte.
- Proudhon:
No es posible que surja un cambio social si antes no han madurado las fuerzas productivas materiales. Esta es la crítica al socialismo utópico de Proudhon. No vale con imaginar utopías o mundos felices porque el cambio social depende de leyes científicas ajenas a las voluntades individuales. El capitalismo es un momento necesario para el tránsito al socialismo puesto que sólo el capitalismo puede llevarnos hasta ese desarrollo de las fuerzas productivas que hace posible el socialismo.
- Bakunin y el anarquismo:
La diferencia fundamental entre el anarquismo de Bakunin y el marxismo es el rechazo de Bakunin a cualquier tipo de gobierno o autoridad, incluida la dictadura del proletariado propuesta por Marx. Para Bakunin la sociedad debería organizarse en pequeñas federaciones de productores y consumidores donde cada cual recibiría un salario según su trabajo. En el V Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) se produjo la expulsión de los anarquistas por sus diferencias con el marxismo.
- Freud y Nietzsche (filosofías de la sospecha):
Se suele incluir al materialismo histórico en lo que se ha llamado “las filosofías de la sospecha“: según las “filosofías de la sospecha” para comprender la conducta o los pensamientos de un individuo o una sociedad hay que atender no a la explicación que ese individuo o sociedad tienen de sí mismos. Hay que buscar las razones en un nivel más profundo que para Freud era de naturaleza sexual, para Marx de naturaleza económica y para Nietzsche de tipo biológico. Así, según Freud explica en el el caso Dora una tos persistente se puede deber no a causas físicas sino a la necesidad de la niña de llamar la atención del padre, según Marx los motivos de la guerra de Irak no habrían sido expandir la libertad y la democracia sino el control de las reservas de petróleo y según Nietzsche la moral cristiana no es la consumación de los más altos valores de la humanidad sino, al contrario, el producto de la humanidad más débil.
- Nietzsche:
La crítica a la religión cristiana. Tanto en Nietzsche como en Marx la religión aparece como un consuelo para débiles, como una distracción respecto a los verdaderos problemas del aquí y ahora.
La crítica a la moral cristiana es común a Marx y Nietzsche. Para Marx la moral cristiana es un instrumento de opresión de la clase dominante sobre la clase oprimida y para Nietzsche, al contrario, el instrumento de los débiles para someter a los fuertes.
Para Nietzsche existe una desigualdad natural entre los hombres que convierte a unos en señores y a otros en esclavos. Marx diría que esta división entre moral de esclavos y de señores no es más que una forma de ideología para justificar el dominio de las clases superiores.



EXAMEN DE HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
(Marx)
         En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.

CUESTIONES:

1) Explica las ideas que expone Marx en el texto. (2 puntos)
Contribución a la crítica de la economía política”, obra publicada en 1859, constituye uno de los libros más importantes de Marx en cuanto a su estudio crítico del capitalismo, sistema económico vigente en la época en que vivió nuestro autor. En este fragmento, perteneciente al prólogo del citado libro, el autor del Manifiesto comunista, nos habla de las relaciones de producción, que son las que se establecen entre los propietarios de los medios de producción (burguesía) y los obreros (proletariado), quienes aportan su fuerza de trabajo.
Afirma Marx que en un sistema de producción capitalista el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, política y espiritual en general, o lo que viene a ser lo mismo: No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia, por lo que si cambia la estructura económica, necesariamente cambiará la superestructura que la sustenta, es decir, la justificación ideológica que la acompaña.
A modo de resumen diremos que en este extracto Marx explica la relación existente entre la infraestructura y la superestructura, mostrándonos la relación de dependencia que existe entre ambas.

2) Explica el significado que tienen en Marx los términos o expresiones siguientes: capital, trabajo, plusvalía. (3 puntos)


3) Relaciona las ideas del texto o la filosofía de Marx con la de otro u otros autores. (3 puntos)
            Tras estudiar la filosofía marxista y acercarnos superficialmente a algunas de sus propuestas, considero oportuno establecer una serie de semejanzas y diferencias con algunos de los autores que le precedieron, empezando por Platón, pues pese a los más de dos mil años de diferencia, encontramos puntos de encuentro que aún tienen vigencia.
Una clara diferencia entre ambos la hallamos en el dualismo antropológico platónico (el ser humano está formado por cuerpo –material y mortal- y alma –espiritual e inmortal-) que defiende que dependiendo de la parte del alma (racional, irascible o concupiscible) que se encuentre más desarrollada en cada ser humano, éste pertenecerá a un grupo social determinado (gobernantes, guerreros o trabajadores) y recibirá un tipo de educación específica para la función que va a realizar. Así pues, Platón toma como principio de organización social la división del trabajo en base a la parte del alma que tengan más desarrollada los individuos que integran la sociedad: alma racional (gobernantes), alma irascible (guerreros) y alma concupiscible (productores). La finalidad que tiene la sociedad es la felicidad de todos los ciudadanos conseguida mediante la construcción de un Estado justo en el que cada grupo social se aplica a lo que le corresponde.
Sin embargo, para Marx el hombre sólo se siente libre en sus funciones animales, en el comer, beber, engendrar, y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal, pues en el sistema capitalista de producción se da una explotación del obrero por parte de la clase burguesa que sólo se superará tras la abolición de la propiedad privada. El hombre se ve sometido a fuerzas que él mismo ha creado y que considera independientes y extrañas; el hombre alienado ha perdido su libertad, pues ya no es creador, ni autor de la historia: se halla deshumanizado y despersonalizado, sometido a la tiranía de las leyes del mercado.
En cuanto a las semejanzas entre estos dos autores diremos que ambos confían en la misión transformadora de la filosofía para lograr una sociedad más justa. Pese a mantener teorías epistemológicas radicalmente opuestas, hay algo que les une: la concepción práctica del conocimiento, de la filosofía y de la ciencia. La ciencia ha de servir para liberar al ser humano y transformar la sociedad; para hacer hombres buenos, en el caso de Platón; para hacer hombres libres, en el caso de Marx. En definitiva pues, persiguen lo mismo: la felicidad humana, y sacrifican lo mismo: la filosofía. Debe ser la filosofía el instrumento que posibilite la transformación social para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, por lo que debemos encontrar un sistema novedoso que solucione una situación contraria a la naturaleza humana y perniciosa para ésta, diseñando un mundo utópico: el comunista. Platón es el primer comunista y precede a Marx en la idea de la comunidad de bienes y en dar todo el poder al Estado.
            Ambos piensan también, que sin conocimiento la realización del ser humano es imposible. Platón verá que el conocimiento es algo universal y necesario y esto le llevará a imaginar un mundo ideal lleno de conceptos, de Ideas, que hay que aprehender. Le llevará también a suponer que los sentidos no son fiables pues muestran lo concreto y cambiante. Marx sin embargo, toma los sentidos como el punto de partida del conocimiento e intenta conquistar el mundo concreto en el que estos se desarrollan: No existe el mundo ideal, el único existente es este de aquí abajo.
4) Expón razonadamente tu posición personal sobre las ideas que aparecen en el texto o sobre el pensamiento de Marx, valorando su actualidad. (2 puntos)
            Tal y como se recoge en el fragmento que nos ocupa, en el sistema de producción capitalista se dan unas relaciones de producción problemáticas porque los propietarios de los medios de producción son los que deciden en todo momento qué hacer con el producto creado, y el obrero se ve limitado al aporte de su fuerza de trabajo a cambio de un salario, el cual es concebido como una mercancía más con un precio muy concreto. Considero que Marx tiene razón cuando dice que en estas condiciones de trabajo el obrero se siente completamente alienado y ve en el producto de su trabajo una auténtica tortura y no un medio para su autorrealización. Difícilmente nos vamos a sentir orgullosos del trabajo desarrollado, si aquello que creamos no nos pertenece, lo vemos como algo extraño que exige nuestro esfuerzo sin preguntarnos qué hacer con él. Acierta Marx cuando asegura que la única forma de recuperar la dignidad perdida es acabando con la propiedad privada, cuando el obrero tenga capacidad de decisión sobre el fruto de su trabajo y vuelva a encontrar en la actividad práctica un medio de autorrealización, lo que le hará esforzarse para dar lo mejor de sí y, consecuentemente, aportar lo máximo para el conjunto de la sociedad.
            Con respecto a la alienación y a los tres tipos sobre los que reflexiona Marx, puesto que ya he mencionado la económica o del trabajo en el apartado anterior, me centraré en la alienación religiosa, en la que nuestro autor coincide con Feuerbach al afirmar que el hombre se propone a sí mismo como objeto de su conocimiento, y esto lo hace proyectando fuera de sí un conjunto de cualidades que le pertenecen a él (justicia, verdad, bondad...). Todas esas cualidades las sitúa en un ser fuera de sí, lo crea y le llama Dios. Dios es simplemente una pura proyección del hombre. Es, por tanto, una alienación religiosa, que también es necesaria para conocerse, pero que debe quedar después reducida, eliminada para que el hombre pueda reencontrarse consigo mismo de nuevo y se pueda suprimir la alienación. Cuando el hombre se da cuenta de que Dios es un puro ser pensado, se atribuye a sí mismo esas cualidades, niega a Dios, se reconcilia consigo mismo y deja de estar alienado. Para Feuerbach, por tanto, la alienación es fundamentalmente religiosa, mientras que para Marx ésta es secundaria, derivada: ésta desaparecerá cuando se elimine la alienación económica, que es la raíz de las demás alienaciones.
            Coincido con Marx al considerar que si algún día acabamos con la alienación económica destruyendo el sistema de producción capitalista, el resto de alienaciones también caerá, puesto que la superestructura que justifica este modo de producción contiene en su seno las otras alienaciones.

 APUNTES Y ACTIVIDADES SOBRE TEXTOS:


HISTORIA DE LA FILOSOFÍA - Tema 8

El marxismo 





1. La crítica de Marx al idealismo de Hegel 
    a) Lo real y lo racional 
    b) La realidad como sujeto 
    c) La realidad como espíritu 
    d) El idealismo hegeliano 
    e) La ambigüedad de la filosofía hegeliana 
 
2. La crítica de Marx al materialismo de Feuerbach
    - [Breve excurso sobre Feuerbach
    a) Crítica de Marx al «materialismo» feuerbachiano 
    b) Insuficiencia de la crítica materialista feuerbachiana al idealismo 
    c) Crítica de Marx al «idealismo» oculto en Feuerbach 
 
3. El concepto marxista de «ideología»
4. La alienación y sus formas
5. Las formas de la alienación
6. El humanismo marxista 
        i) Concepción marxista de la naturaleza humana 
        ii) El «humanismo» marxista. Tres significados
7. Materialismo y dialéctica 
    a) El concepto marxista de dialéctica
    b) El concepto de «materialismo» 
8. La concepción materialista de la historia


    EL MARXISMO
I. Introducción
• Tres sentidos clásicos del término «marxismo»

1º. Económico-sociológico: En este sentido, el marxismo equivale a una teoría de la realidad social, una crítica a un modelo de sociedad y a unos modos de producción económica: la sociedad burguesa capitalista. Lleva a cabo una crítica de la economía política, y desarrolla una teoría de la historia, con pretensiones de cientificidad.

2º. Político: Es una práctica o acción política revolucionaria orientada a transformar las estructuras económicas, políticas y sociales, porque considera intolerable el grado de alienación que vive el ser humano. «Los filósofos hasta ahora se han limitado a interpretar, de muy diversas formas, el mundo; pero lo que importa ahora es transformarlo».

3º. Crítico-filosófico: Es una crítica de la filosofía, o de la función que ha venido desarrollando hasta ahora. Marx criticó, sobre todo, el idealismo de Hegel y el materialismo mecanicista de Feuerbach. El marxismo, además de criticar la filosofía, presenta su propia visión del mundo, del hombre y de la historia, e intenta dar un paso más en la clarificación racional de la conciencia que inició la Ilustración.

[4º] En un sentido más amplio, puede considerarse marxismo la obra de Carlos Marx, pues fue quien mejor sistematizó la doctrina filosófica que recibe hoy ese nombre. Engels completó y sistematizó las tesis de Marx, haciendo del marxismo una teoría no sólo sobre la sociedad y la historia, sino también sobre la naturaleza. Y después vinieron las diferentes «lecturas» que pretendieron adaptar las tesis de Marx a las circunstancias concretas de un país concreto: Lenin -escolástica soviética-; Althusser -científico-estructural-; Sartre -existencialista: el marxismo es una antropología de la revolución-; Escuela de Frankfurt -teoría crítica de la sociedad-; Lukács, Bloch y Gramsci -últimos desarrollos críticos de la teoría, recogiendo aportaciones de la sociología, la teoría política, la economía, etc.
 
 
• Biografía y obras: Carlos Marx no fue propiamente filósofo, sino más bien un economista y un sociólogo que prestó también atención a otros muchos campos: política, derecho, historia, estética y filosofía. Nació en Tréveris, Renania (1818) y murió en Londres, en 1895. Se educó en un ambiente liberal y democrático, opuesto al régimen absolutista prusiano. Estudió Derecho en Bonn y Berlín, pero se fue interesando cada vez más por la filosofía -«sin un sistema filosófico no se puede entender nada»-. En 1841 se doctoró en filosofía en Jena, con una tesis sobre «Diferencia entre las filosofías de Demócrito y Epicuro». Comenzó leyendo a Hegel y a Feuerbach en profundidad. Sus primeros trabajos fueron colaboraciones en periódicos de la burguesía renana, abordando problemas sociales. Prohibieron el periódico y marchó a París en 1843.
    Entra en contacto con los grupos revolucionarios socialistas, comunistas y asociaciones de obreros alemanes exiliados: Heine, Proudhon, Blanc, Bakunin. Comienza la amistad inseparable con Friedrich Engels. Escribe y estudia intensamente, al mismo tiempo que se comprometía en numerosas actividades políticas y sociales. Criticó todos los autores en los que había basado su formación anterior: la filosofía del Estado y del Derecho de Hegel, la economía política inglesa, etc. Publica La Sagrada Familia, 1845. Criticó a Feuerbach en las Tesis sobre Feuerbach, 1845. La ideología alemana, 1846 continúa esa línea. La miseria de la filosofía, 1847, contra el socialismo utópico de Proudhon. Manifiesto del partido comunista, 1848, junto con Engels. Se inicia ya la crítica de la economía capitalista y tiene ya las ideas fundamentales del materialismo histórico. Se decanta incondicionalmente en favor del proletariado, apoyado por la burguesía para realizar la revolución.
    En 1849 se traslada a Londres, y desde 1851 trabaja incansablemente en la biblioteca del British Museum, una de las mejor dotadas de Inglaterra, en medio de penurias económicas y enfermedades. Se dedicó por entero a estudiar la economía capitalista, y publicó muchísimos artículos sobre economía, actualidad política e historia. 1849: Contribución a la crítica de la economía política. En 1860 lee a Darwin y creyó encontrar en sus obras justificación de su punto de vista materialista y dialéctico. Su obra fundamental, El Capital, apareció en Hamburgo, en 1867. Marx, agotado y enfermo, participa entonces en la fundación de la Primera Internacional de los trabajadores (Londres, 1864). Tuvo muchos enfrentamientos con otros miembros de la Internacional, sobre las orientaciones a seguir. Con enorme esfuerzo preparó la publicación del segundo tomo de El Capital, terminado por Engels (1885).
    Las fuentes de Marx fueron el pensamiento hegeliano, los hegelianos de izquierda, la economía política inglesa y el socialismo utópico. Contra ellos fue extremadamente crítico, pues consideró la filosofía como un medio para transformar el mundo, y siempre en relación con el Derecho, la Economía y la Política. Parece que pasó por una primera etapa más bien humanista, y otra segunda más madura y cientifista, el materialismo histórico.


1. La crítica de Marx al idealismo de Hegel
    Hegel había sido uno de los mejores continuadores del talante ilustrado, expresión de una filosofía madura capaz de lograr una síntesis de alcance similar a la de Kant. Con Hegel se consuma la madurez teórica e ideológica del pensamiento cristiano-burgués. No es de extrañar, por tanto, que Hegel sea una de los primeros objetivos de Kant.
a) Lo real y lo racional
Una de las ideas más conocidas de Hegel es la siguiente: «Todo lo racional es real y todo lo real es racional» (Principios de la filosofía del derecho). Puede significar tres cosas: [1ª] La realidad es de naturaleza racional, es decir, que la esencia de la realidad es la razón, el pensamiento; y las diversas manifestaciones de lo real no son más que manifestaciones del espíritu humano. [2ª] Todo lo que existe en la realidad es racional, satisface las exigencias de la razón. Por tanto, [3ª] toda la realidad social y política, tal y como está estructurada, es racional -se presta a justificar cualquier orden o estado social y político-.
b) La realidad como sujeto
La realidad, lo que nos rodea, no es más que un producto del pensamiento, pues el pensar rige al ser y a la realidad. El pensamiento se considera sujeto, y la realidad objeto. Pero en este caso el sujeto es más importante que el objeto, porque todo lo que sea objeto no es más que expresión, exteriorización y manifestación del sujeto.
c) La realidad como espíritu
Toda la realidad, para Hegel, es una gran unidad o sistema, cerrada y bien diseñada, de acuerdo con las exigencias de la razón. Es una unidad o sistema racional, y sólo el todo resulta verdadero. Las partes aisladas no son más que verdades parciales, limitadas. La verdad no está en un campo limitado del saber, sino en la relación de una idea con las demás del sistema. Sólo lo inteligible, comprensible, racionalizable y expresable en ideas es real.
d) El idealismo hegeliano. Afirma, resumidamente, lo que sigue:
i) La realidad es razón, idea, espíritu (tesis ontológica).
ii) La idea o espíritu determina y origina las diversas formas de realidad (tesis epistemológica). Las ideas son el sujeto que originan los diferentes objetos de la naturaleza.
iii) La realidad es un sistema racional. Lo verdadero es el absoluto, y el absoluto es idea o espíritu.
Y sus consecuencias:
1) Respecto a la naturaleza humana, el hombre consiste fundamentalmente en razón: es una forma de espíritu o autoconciencia.
2) Respecto a la historia, está dirigida por el espíritu, que es el sujeto de la historia, y consiste en el desarrollo progresivo de la libertad -pero una libertad imaginaria de sujetos imaginarios-. El Estado es la mejor realización de la libertad, la plasmación empírica e histórica de las ideas.
3) Respecto a la filosofía del Derecho, significa que el orden social y político, la estructuración social y política que se da en el Estado, es plenamente racional: el orden político de su tiempo coincide con los principios de justicia y racionalidad que la razón impone. Hace posible, según Hegel, la realización del hombre.
Pero Marx señala que la existencia del proletariado contradice la supuesta racionalidad de lo social y lo político. El proletariado no está destinado a realizar las capacidades y aptitudes humanas, sino a todo lo contrario: la realidad de la razón, del derecho y de la libertad se convierte entonces en la realidad de la falsedad, la injusticia y la esclavitud.
4) En relación con la filosofía y la cultura, Marx critica con dureza su carácter puramente teórico y especulativo. La filosofía se ha limitado a reproducir, en el orden del pensamiento, algunos aspectos de la realidad. Según Hegel, «la filosofía llega siempre demasiado tarde: aparece sólo cuando la realidad ha cumplido y terminado su proceso de formación». El saber y la filosofía se convierten así en otra forma de ideología, instrumentos en manos de quienes tienen el poder social. El marxismo propondrá que la filosofía y la cultura son ante todo acción, praxis.
e) La ambigüedad de la filosofía hegeliana
    Hegel da pie a interpretaciones de talante muy conservador, pero también puede ser entendido como una invitación a la revolución y la transformación de la realidad. Cuando afirma que «todo lo real es racional», no intenta decir que lo que vemos ahora es racional -cosa que tiene muy poco de verdad-, sino que cualquier elemento de la realidad que no responda a las exigencias de la razón y no quede justificada ante ella, ha de ser cambiado y transformado hasta que sea verdaderamente racional. Asoma aquí el lado revolucionario de su filosofía: el mundo no puede concebirse como un conjunto de objetos terminados, sino como un conjunto de procesos en oposición: la dialéctica de la naturaleza y del saber.
    La ambigüedad hegeliana facilitó que tanto izquierdas como derechas intentaran «apropiarse» de Hegel. Pero Marx siempre mantuvo y potenció los aspectos revolucionarios de la filosofía hegeliana: «Lo grandioso de la fenomenología hegeliana...: la dialéctica de la negatividad como principio motor y generador».
 
2. La crítica de Marx al materialismo de Feuerbach
Frente a toda interpretación idealista de la realidad, como la hegeliana, el marxismo es una teoría materialista de la realidad. Para el materialismo, «lo único real es la naturaleza: la naturaleza existe independientemente de toda filosofía; es la base sobre la que crecieron y se desarrollaron los hombres, que son también, de suyo, productos naturales; fuera de la naturaleza y de los hombres no existe nada, y los seres superiores que nuestra imaginación religiosa ha forjado no son más que otros tantos reflejos fantásticos de nuestro propio ser» (Engels). 


[Breve excurso sobre Feuerbach]


    Nació en una aldea de Baviera (Landshut) en 1804 (†1872). Tuvo a Hegel como maestro y se decantó por una concepción antropológica de la filosofía. Obras: Crítica de la filosofía hegeliana (1839) y La esencia del cristianismo -Das Wesen des Christentum, 1841-, donde sostiene que la religión no es más que una divinización del hombre y que Dios no es más que el ideal de un pueblo. 
Resumen de sus principales ideas: 
• Había sido un crítico implacable del idealismo hegeliano, y su concepción de la filosofía era claramente materialista. 
• Sitúa al hombre real y concreto como punto de partida y único fundamento válido de su sistema filosófico. Huye del idealismo y espiritualismo abstracto que caracterizó a Hegel y a Kant. Intenta estudiar al hombre concreto en su entorno social y cultural. 
• La que caracteriza al hombre como especie es su conciencia de sí mismo, de ser humano, que le diferencia del resto de los animales. 
• El error del hombre religioso ha estado en proyectar las mejores cualidades del ser humano en un ser al que llama «Dios», hipotecando en un ser ficticio la dignidad y valor que sólo al hombre corresponden. Bondad, infinitud, inteligencia, sabiduría no son más que rasgos humanos que el hombre proyectó sobre lo divino. 
Dios no más que el reflejo de los ideales y mejores deseos del hombre. Dios no es más que una creación nuestra, gracias al poder irresistible de la imaginación, que proyecta en un ser infinito los contenidos de la conciencia humana. Pero Dios no es más que el doble perfeccionado del hombre. 
El hombre religioso está alienado: se ha convertido en un extraño para sí mismo, y es preciso acabar con la religión para que el hombre se dé a sí mismo la importancia que merece. El hombre será verdaderamente libre cuando reconozca que no hay más Dios que él mismo. 
• Dios no es más que el resultado de proyectar rasgos humanos mediante la imaginación, la ilusión y la fantasía. 
Texto 1: "Dios no es más que la esencia del hombre. «Para enriquecer a Dios, debe empobrecerse el hombre; para que Dios sea todo, el hombre debe ser nada... El hombre afirma en Dios lo que niega de sí mismo... La religión es la escisión del hombre consigo mismo... Dios es el ser infinito; el hombre, el ser finito. Dios es perfecto; el hombre, imperfecto. Dios es eterno; el hombre, temporal. Dios es santo; el hombre, pecaminoso. Dios y el hombre son extremos: Dios es lo absolutamente positivo, la suma de todas las realidades; el hombre es lo absolutamente negativo, la suma de todas las negaciones... La religión es la escisión entre el hombre y su propia esencia»". [La esencia del cristianismo. Sígueme, Salamanca, 1975, p. 61 ss.]

  
a) Crítica de Marx al «materialismo» feuerbachiano
i) Es un materialismo mecanicista, siguiendo las doctrinas del s. XVIII, que intenta explicar la naturaleza por medio de causas mecánicas. Por eso
ii) Se muestra incapaz para concebir el mundo como un proceso, como una materia sujeta a desarrollo histórico. Para el mecanicismo clásico, el movimiento en la naturaleza siempre engendra los mismos resultados; consiste en la eterna repetición de lo mismo.
iii) En esta visión, el hombre es entendido como un objeto natural y sensible entre otros, como un ser contemplativo y no orientado a la acción práctica. El de Feuerbach es un materialismo contemplativo.
b) Insuficiencia de la crítica materialista feuerbachiana al idealismo
i) Feuerbach sostenía reiteradamente que la filosofía hegeliana era falsa; pero un sistema filosófico tan importante como el hegeliano no cae por tierra diciendo simplemente que es falso; era preciso mostrar con claridad dónde estaban sus errores y criticarlos desde la perspectiva adecuada.
ii) Feuerbach explicó de qué modo la autoenajenación religiosa desdobla el mundo natural/sensible en dos: un mundo religioso y otro terrenal. Sobre este punto, Feuerbach se limitó a proponer la necesidad de devolver a este mundo terrenal lo que había sido robado y depositado en el trasmundo ficticio de la religión. Pero mundanizar la religión no es desterrarla o destruirla, sino camuflarla o maquillarla de terrenal, manteniendo todos sus efectos negativos y sentido original.
iii) Marx echa de menos una crítica práctica, revolucionaria, a partir de un análisis mucho más riguroso y radical de la religión. Se trata de conocer sus concreciones históricas e institucionales para denunciar su falsedad; hay que extirpar prácticas y ritos concretos que, amparadas en el sentimiento religioso, son mero instrumento de dominación, alienación y deshumanización en la sociedad y en la historia. «Feuerbach es un materialista que no toma en serio la historia y, por tanto, un falso materialista».

c) Crítica de Marx al «idealismo» oculto en Feuerbach
    El materialismo feuerbachiano se situaba fuera de la historia y conservaba todavía el «sentimiento religioso» en el hombre, como elemento diferenciador entre hombres y animales. Feuerbach pretendió definir la esencia del hombre al margen de la sociedad y de la historia. Pero al colocar la esencia o naturaleza del hombre en un quimérico e imaginado «género humano», estaba mostrando inequívocamente que el pretendido materialismo de Feuerbach era, en realidad, idealismo, desde la crítica marxista.
i) Era idealismo por utilizar un método abstractivo que le llevaba a prescindir tanto de la historia como de las relaciones y circunstancias sociales.
ii) Era idealista la admisión de una esencia humana genérica, de la que cada hombre concreto es expresión o realización particular. Con esto no se llegaba más que a un hombre abstracto. Si consideramos el hombre como separado e independiente de las relaciones sociales y de la historia, lo convertimos en un individuo «desgajado y desencarnado», «que no vive en un mundo real, históricamente surgido e históricamente determinado», en un individuo irreal. La esencia de la que habla Feuerbach es la del género humano, una generalidad abstracta y ficticia, separada en realidad de los hombres concretos.
iii) Este idealismo larvado tiene su reflejo en el hecho de que Feuerbach conserva la religión, pero interpretándola ahora como la relación de cada hombre con el género: «la religión es la relación del hombre consigo mismo, con su esencia». Es un idealismo orientado a la naturaleza y a la esencia genérica, que presta escasa atención al orden real, social y político. Pero, según Marx, la filosofía contemporánea sólo dice la verdad si entra en alianza con la política.
En consecuencia, materialismo -Feuerbach- e idealismo -Hegel- tienen que ser transformados y superados. Hay que mundanizar la filosofía.
 
3. El concepto marxista de «ideología»
Uno de los objetivos del marxismo era desarrollar una clarificación crítica y racional de la conciencia, para erradicar las distorsiones y falsedades que el hombre sufre en su relación con la realidad. Buscaba una clarificación de las representaciones que el hombre o una clase social tienen acerca de sí mismos, de su lugar en el mundo y en la historia.
• Acepción general: «Un sistema de representaciones -imágenes, mitos, símbolos, ideas o conceptos- que existen desempeñan un papel histórico en el seno de una sociedad concreta» (Althusser, 1968). En este sentido, la ideología es algo necesario y general en todos los hombres, inevitable, pues todos nos hacemos una representación de la realidad.
• Acepción precisa: Pero las representaciones que el hombre se hace del mundo y de su existencia social e histórica pueden ser adecuadas o deformadas. En este sentido, ideología significa «un conjunto de "ideas" y "formulaciones nebulosas" o "sublimaciones" que dan una imagen o representación falseada y falsificadora de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida de los hombres».
Se comprenden así mejor tres afirmaciones del marxismo sobre la ideología:
a) Lo que piensan los hombres es un producto de la sociedad en la que viven; la conciencia -o conjunto de representaciones e ideas- es «un producto social», es «el lenguaje de la vida real».
b) La ideología tiene un sentido predominantemente negativo: viene a ser sinónimo de ideas falsas y falsificadoras, que enmascaran la verdadera realidad. «En toda la ideología, los hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en una cámara oscura» (Marx).
c) Los contenidos ideológicos de la conciencia -religión, moral, política, derecho- no tienen peso propio ni desarrollo histórico, aunque la conciencia ideologizada crea que sí, que incluso tiene sus propias leyes de desarrollo histórico y social.
    Las formas ideológicas de la conciencia tienen como función ocultar, desfigurar, sublimar y suplantar imaginativa o conceptualmente una situación de la existencia real, social e histórica, que el marxismo considera alienante para el hombre. La ideología y la alienación sólo pueden erradicarse mediante la clarificación racional, el conocimiento de la situación de conciencia ideologizada y de existencia alienada. Pero no basta una crítica teórica; es necesaria, además, una acción práctica/revolucionaria, una teoría que impulse a la acción transformadora. Pero antes es preciso conocer las formas de la alienación.
 
4. La alienación y sus formas. Tres acepciones iniciales:
a) Económica: «Alienación» significa traspasar la propiedad de una persona a otra.
b) Jurídica: La transferencia que un individuo hace de su libertad a la sociedad -mediante contrato o consenso delegamos parte de nuestra libertad y responsabilidades en los representantes libremente elegidos.
c) Teológica: La acción por la que Dios crea y produce el mundo, se exterioriza en algo exterior.
Por consiguiente, la alienación presupone dos elementos en relación mutua, uno de los cuales produce o transforma algo y el otro que recibe el resultado de esa acción productivo-transformadora. Algunos términos utilizados en castellano para traducir el alemán «Entäusserung» son exteriorización, enajenación y extrañamiento. Esto significa que uno de los dos polos -el elemento subjetivo, el hombre- se desposee de algo propio, pierde algo suyo -su trabajo, su capacidad productiva- que pasa a manos de otro -Veräusserung-. Hablamos, pues, en este contexto, de la acepción marxista:
 

d) Marxista: Enajenar la fuerza productiva y la capacidad de trabajo de un individuo.
- Sentido neutro: la enajenación del trabajo propio es inevitable, porque pertenece a la naturaleza misma del ser humano: todos producimos y transformamos algo, y consideramos propiedad nuestra el producto obtenido.
- Sentido peyorativo: El resultado de la acción productiva y transformadora del obrero no le pertenece, no es considerada ni utilizada como suya, sino que pasa a ser propiedad de un extraño, hasta el punto de que ni el primer sujeto productor se reconoce en su propia actividad productiva/transformadora: es algo que realiza exclusivamente en beneficio de un extraño -Entfremdung-. «El objeto que el trabajador produce, su producto, se enfrenta a él como un ser extraño, como un poder independiente del productor... el trabajador se relaciona con el producto de su trabajo como un objeto extraño» (Marx).
    En situación de alienación, lo alienado o extraño no es sólo el producto, sino también, y sobre todo, el trabajador que lo produce, pues queda desposeído del resultado de su acción productora y con ello pierde las oportunidades de realización personal mediante el trabajo a las que como todo hombre tiene derecho. El trabajador deja parte de su vida en el objeto producido, pero éste pasa a manos ajenas y al trabajador le es arrebatada así parte de su vida.
    El objeto producido es convertido en independiente y desconectado de su relación con el sujeto productor: es considerado una cosa natural, y por extensión, el mismo trabajador es considerado «cosa» y «medio de producción». Tiene lugar así una reificación y una mercantilización del hombre: el trabajador pasa a ser una cosa más entre otras, sometido al mismo trato y uso que objetos y cosas.
• La alienación como división/escisión del hombre consigo mismo, como reificación del hombre, encierra un sentido negativo, contrario a la naturaleza del hombre, fruto solamente de un modo de entender y organizar las relaciones de producción en una sociedad y época concreta. Impone graves restricciones a la libertad del hombre y lleva a una des-humanización, a una animalización. Para evitar la alienación se impone una doble tarea:
1) Estudiar y conocer a fondo la estructura socioeconómica y modos de producción de cada sociedad concreta.
2) Iniciar la transformación práctica de la realidad social, orientada a una mejor realización del hombre. Se trata de humanizar la vida humana, para que cada ser humana pueda realizar plenamente todas sus potencialidades. Es evidente, pues, que el marxismo aporta un proyecto propio de realización humana y una concepción particular de lo auténticamente humano.

5. Las formas de la alienación
La alienación básica y fundamental es la alienación económica, el trabajo como actividad alienante del obrero en la sociedad capitalista. Se trata de una alienación estructural y radical, inherente al modo de producción capitalista. Marx realiza una crítica teórica de la economía política, considerada ideológica en la medida en que «oculta la alienación esencial del trabajo» y de la actividad económica. Lo hace precisando el significado de términos como «valor de uso» y «valor de cambio», «mercancía», «trabajo general abstracto», «plusvalía», «capital constante y capital variable», «acumulación del capital», etc.
Por su alcance e importancia, la alienación económica promueve otras formas de alienación: alienación social y política:
i) La alienación social se debe a la división de la sociedad en clases.
ii) La alienación política es consecuencia de la división social entre «sociedad civil» y «estado».
    Estas dos formas de alienación van estrechamente relacionadas, y segregan un conjunto de representaciones ideológicas que tienden a obnubilar y justificar la situación real. La crítica a estas formas de alienación la realiza en Principios de la filosofía del derecho de Hegel y en El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Alienación económica, social y política vienen complementadas por otras dos formas: religiosa y política.
• Alienación religiosa: La religión y el tipo de existencia del hombre religioso no pueden ser considerados, a juicio de Marx, constitutivos del ser humano. Lo religioso está muy estrechamente relacionado con la organización económica, social y política, aportándole una justificación ideológica y estabilidad, en la medida en que propone una liberación que no es de este mundo y que no requiere transformación de la estructura social.
 

- Sentido socio-político: La religión es un modo de existencia intrínsecamente falseada, una forma de alienación cuyos síntomas son la resignación, la justificación trascendente de la injusticia social y la compensación en el cielo de la sociedad opresiva. Es una proyección del hombre -como afirmaba Feuerbach-; pero su raíz no está en un sentimiento humano religioso, sino en la miseria y desgarramiento de la vida social. La crítica marxista de la religión, por tanto, tiene un sentido primariamente socio-político, en relación con la función ideológica que puede desempeñar en la estructura y dinámica social.
- No hay lugar para plantear con sentido el problema de Dios y carece de interés la pregunta por un ser extraño, por encima de la naturaleza y del hombre, en la interpretación marxista. Da por supuesto que la transformación práctica de las condiciones materiales de vida (socio-económicas) acabarán con la religión y el sentimiento religioso del hombre.
• Alienación filosófica: Como conjunto de representaciones e ideas, la filosofía constituye un modo singular de alienación, con una poderosa función ideológica: sólo interpreta la realidad, y además la interpreta falsamente.
 
6. El humanismo marxista
i) Concepción marxista de la naturaleza humana
- En cuanto ser natural, el hombre es de naturaleza activa y tiene una serie de fuerzas naturales. Pero sus necesidades le convierten en un ser pasivo/receptivo, y en cuanto corpóreo/biológico depende del resto de la naturaleza y es un objeto más entre otros («naturalismo»).
- En cuanto ser natural humano, la naturaleza humana no es mera naturaleza fija, estática, cerrada; tiene que ir haciéndose al ritmo de su progresiva realización humana. Su nacimiento se produce en la historia, que es su verdadera naturaleza, donde se da la conversión de la naturaleza en hombre.
- El trabajo constituye la esencia del hombre, entendiendo «trabajo» como actividad práctico-productiva que expresa la verdadera naturaleza del hombre. Es la producción lo que lo distingue operativamente de los animales, y no la religión o la autoconciencia: «El hombre (...) se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida» (La ideología alemana, p. 19). Esto significa que:
 
• En el trabajo/acción práctica y mediante el trabajo se produce la apertura del hombre al mundo y a la realidad.
• Mediante la praxis y el trabajo realiza el hombre su ser en la historia, entendida como proceso real y práctico.
• La praxis configurará la totalidad de la vida social.
• En la praxis surge y cobra sentido el viejo problema de la naturaleza del saber, del conocimiento, de la verdad y valor de las teorías científicas: «El problema de si puede atribuirse al pensamiento humano una verdad objetiva no es un problema teórico, sino práctico» (Tesis sobre Feuerbach, II).
• Sólo en la praxis y mediante la praxis se encuentra una solución teórica y técnica a los problemas importantes y a los pseudoproblemas: «Es en la práctica donde el hombre debe demostrar la verdad»; «Todos los misterios que inducen a la teoría, al misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica» (Tesis sobre Feuerbach, II y VIII).
 
- La naturaleza del hombre consiste en la producción de su vida. Esto le obliga a relacionarse con la naturaleza -relación natural- y con los demás hombres -relación social-.
- La esencia humana es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales (Tesis, VI).

ii) El «humanismo» marxista. Tres significados:
a) El marxismo puede ser considerado como un humanismo porque promueve una crítica y lucha contra la alienación del hombre. Su objetivo es terminar con la explotación, con la deshumanización, para hacer posible una liberación del hombre por medio de la libertad, la racionalidad y sus capacidades personales. Mantiene, pues, el ideal ilustrado-racionalista.
b) Niega la existencia de un ser distinto y superior a la naturaleza y al hombre. El ser humano, autónomo y racional, puede desarrollar y manifestar todas las potencialidades de lo humano. El naturalismo humanista del marxismo vive de la negación de Dios y afirma la primacía, suficiencia y autonomía del hombre.
c) El hombre es el principio de la sociedad, el sujeto de la historia, el eje teórico de su concepción del mundo y de la historia. Se puede afirmar, entonces, que el marxismo es un humanismo epistemológico, en la medida en que «el hombre» o una supuesta «esencia humana» es el principio científico-explicativo de la teoría de la historia.
 
    No obstante, detrás de estas aportaciones laten algunas contradicciones. Por una parte, el hombre es el resultado de un complejo conjunto de relaciones sociales que lo configuran, explican y casi determinan estrechamente. Y, por otra, difícilmente puede servir de eje o principio teórico-explicativo en la visión marxista del mundo si es un resultado o producto social (carecería de sentido la acepción epistemológica). Se comprende así que pensadores como Louis Althusser se nieguen a considerar al marxismo un humanismo -un concepto ideológico- y prefieren hablar de «socialismo» -concepto científico-. Y concluye afirmando que, desde el punto de vista de la teoría, Marx es un antihumanista teórico: «Sólo se puede conocer algo acerca del hombre a condición de reducir a cenizas el mito filosófico del hombre».

7. Materialismo y dialéctica
a) El concepto marxista de dialéctica
En el concepto «dialéctica» radicaba el aspecto revolucionario de la filosofía hegeliana. Marx retoma ese concepto, pero lo despoja de su carga idealista, mística e ideologizante.
i) No todo objeto natural es fruto de una acción productiva previa. La naturaleza no es la síntesis de ninguna oposición previa; es lo originario e históricamente inmediato.
ii) En Hegel, la categoría de «totalidad» no se refiere a toda la razón o todo el espíritu, ni a la realidad como un todo racional: «totalidad» se aplica a la totalidad natural-social, a la totalidad material que es la producción de la vida: toda la sociedad de clases.
iii) La totalidad de lo real tiene un carácter negativo y contradictorio, y esas contradicciones son reales, no meramente lógicas (oposiciones/luchas de contrarios reales entre grupos sociales). Y negar una situación social contradictoria no es sólo negarla en el orden del pensamiento: consiste en transformar la estructura y el orden social contradictorio, para instaurar uno nuevo más justo que armonice mejor la diversidad de intereses opuestos.
iv) Superar las contradicciones y la negatividad no consiste en «aniquilar» -disolver algo real- ni en superar algo negativo mediante el pensamiento. Superar es iniciar una acción transformadora y productiva que mejore la situación actual pero mantenga sus elementos positivos.

b) El concepto de «materialismo»
Marx parece tener una concepción de la realidad como algo natural, independiente del hombre, de su vida y de su historia.
i) Marx considera que la naturaleza y el hombre se realizan dialécticamente. No es la naturaleza física lo que influye en la historia humana, sino la naturaleza en cuanto proceso de producción material sobre la cual el hombre ejerce su actividad productivo-transformadora.
El materialismo de Marx consiste en considerar la realidad como el proceso dialéctico real de producción, un proceso material y no espiritual, como trabajo y acción productiva del hombre en y con la naturaleza. Habría, según Marx, una ciencia que estudia la historia de la naturaleza y la historia de los hombres, y su relación mutua: el materialismo histórico. Y esta concepción materialista de la historia se extiende también a otros muchos aspectos de la vida social.
ii) Por otra parte está el materialismo dialéctico, sistema filosófico que considera la materia como constituyente esencial de todo lo real, cuya dinámica dialéctica es anterior e independiente del hombre/la historia, y concretada en una dialéctica de la naturaleza con leyes propias. Esta visión fue la propuesta por Engels.

8. La concepción materialista de la historia
Para el marxismo la historia no es una «colección de hechos muertos» (empirismo) ni una «acción imaginaria de sujetos imaginarios» (idealismo). Para el marxismo, la historia se reduce a la sucesión de diferentes modos de producción. Y en la concepción marxista de la historia aparecen una serie de conceptos importantes:
a) Fuerzas productivas: La capacidad de producción o trabajo real de los hombres.
b) Relaciones de producción: Relaciones entre los propietarios de los medios de producción y los productores directos en un proceso de producción determinado.
c) Estructura económica o infraestructura: Fundamento sobre el que descansa todo el proceso de producción y que condiciona todas las demás «producciones», incluida la superestructura ideológica.
d) Superestructura: Conjunto de representaciones o ideas que configuran la conciencia: derecho, moral, religión, política, arte...
e) Modo de producción: Toda la estructura social global, tanto la económica como los demás niveles: jurídico, político e ideológico.
f) Formación social: Una totalidad social concreta históricamente determinada. La integran una estructura económica, una estructura jurídico-política y una estructura ideológica.
g) Revolución social: Destrucción y transformación de unas determinadas relaciones de producción, con la consiguiente subversión de la supraestructura.
A partir de estos conceptos se comprenden mejor algunas tesis básicas del marxismo:
h) El factor determinante de la dinámica histórica lo constituye la relación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. La lucha de clases, la contradicción entre las diversas fuerzas productivas, constituye el motor de la historia.
i) En la historia se da una peculiar relación entre la «infraestructura» y la «supraestructura»: no existe una determinación completa de la supraestructura por la infraestructura, porque entonces la supraestructura no sería más que un reflejo de la infraestructura. Lo que existe es una relación dialéctica entre infraestructura y supraestructura, aunque el fundamento económico constituya, en última instancia, el principio de explicación fundamental. El económico no es el único factor determinante (Engels).
j) La historia apunta hacia la desaparición de las clases y a la instauración del comunismo. El proletariado el grupo social que podrá acelerar este ritmo de la historia, pues acabará con las alienaciones y permitirá la realización total del hombre. Esto hace del marxismo una especie de metafísica de la historia o un tipo peculiar de filosofía utópica.
k) La utopía juega un papel importante en la concepción marxista del mundo: Para herederos del marxismo como Bloch, la utopía constituye una dimensión esencial del ser humano. Es la esperanza lo que nos da fuerzas para luchar contra las injusticias, miserias y contradicciones del presente.




 ACTIVIDADES:TEXTOS DE MARX.


17º. MARX
En la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden formas sociales determinadas de la conciencia. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que determina su conciencia. Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productoras de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad, en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de estas fuerzas. Entonces se abre una era de revolución social. El cambio que se ha producido en la base económica trastorna más o menos lenta o rápidamente toda la colosal superestructura. Al considerar tales trastornos importa siempre distinguir entre el trastorno material de las condiciones económicas de producción -que se debe comprobar fielmente con ayuda de las ciencias físicas y naturales- y las formas jurídicas, políticas, ideológicas, bajo las cuales los hombres adquieren conciencia de este conflicto y lo resuelven.
 

K. Marx, Contribución a la crítica de la economía política
RESPONDE:
1. Posibles cuestiones generales:
1ª. Significados de «alienación» e «ideología» en Marx.
2ª. La concepción materialista de la historia.
2. Análisis interno:
1ª. ¿Cuál es la verdadera base sobre la que se desarrolla y construye la estructura social?
2ª. ¿Con qué conceptos describe Marx lo que entendemos por entramado social y su base?
3ª. ¿Qué significa la expresión «una superestructura jurídica y política a la que corresponden formas sociales determinadas de la conciencia»?
4ª. ¿Qué factor, según Marx, influye más en la configuración de la estructura social: la realidad o la conciencia humana?
5ª. ¿Cuándo existen las condiciones idóneas para una revolución social?
6ª. ¿Se detectan con facilidad las distorsiones que se producen en el sistema económico y productivo?
3. Análisis externo y hermenéutica:
1ª. ¿Te parecen buenos y suficientes los argumentos de Marx para mostrar la primacía de la infraestructura sobre la superestructura?
2ª ¿Consideras al marxismo una teoría económica y política o más bien una doctrina filosófica humanista?
3ª. ¿Qué críticas harías a la concepción marxista de la historia?
4. ¿Qué aportaciones del pensamiento marxista te parecen más interesantes?


18º. MARX
El creciente empleo de las máquinas y la división del trabajo quitan al trabajo del proletariado todo carácter sustantivo y le hacen perder con ello todo atractivo para el obrero. Este se convierte en un simple apéndice de la máquina, y sólo se le exigen las operaciones más sencillas, más monótonas y de más fácil aprendizaje. Por tanto, lo que cuesta hoy día el obrero se reduce poco más o menos a los medios de subsistencia indispensables para vivir y para perpetuar su linaje. Pero el precio del trabajo, como el de toda mercancía, es igual a su coste de producción. Por consiguiente, cuanto más fastidioso resulta el trabajo, más bajos los salarios. Más aún, cuanto más se desenvuelven el maquinismo y la división del trabajo, más aumenta la cantidad de trabajo, bien mediante la prolongación de la jornada, bien por el aumento del trabajo exigido en un tiempo dado, la aceleración del movimiento de las máquinas, etc.
La industria moderna ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica del capitalista industrial. Masas de obreros, hacinados en la fábrica, están organizados en forma militar. Como soldados rasos de la industria, están colocados bajo la vigilancia de una jerarquía completa de oficiales y suboficiales. No son solamente esclavos de la burguesía, del Estado burgués, sino diariamente, a todas horas, de la fábrica. Y este despotismo es tanto más mezquino, odioso y exasperante cuanto mayor es la franqueza con que proclama que no tiene otro fin que el lucro. (...) Un vez que el obrero ha sufrido la explotación del fabricante y ha recibido su salario en metálico, se convierte en víctima de otros elementos de la burguesía: el casero, el tendero, el prestamista, etc.
 

K. Marx y F. Engels, Manifiesto del partido comunista.

RESPONDE :
1º. Cuestión general: La alienación y sus formas.
2º. Análisis interno
1º. ¿De qué clase de alienación habla el texto?
2º. ¿Qué tipo de relación establece Marx entre las diversas clases de trabajo y los salarios?
3º. En el modo de producción capitalista, ¿son las máquinas una ayuda para la humanización del trabajo? ¿Cuál es su función?
4º. ¿Cuánto recibe el obrero por su trabajo?
5º. En el sistema de producción capitalista, ¿contribuye el trabajo a la liberación del hombre?
6º. Conceptos fundamentales del texto.
3º. Análisis externo:
1º. ¿Que función tienen las innovaciones tecnológicas en el capitalismo, y al servicio de quién están, según Marx?
2º. ¿Qué significado tienen los conceptos de «plusvalía» y «reificación» en el marxismo?
3º. ¿Podría establecerse algún paralelismo entre un régimen militar autoritario y la disciplina observada por los trabajadores de una fábrica o empresa? ¿dónde estarían las diferencias?
4º. Señala la afirmación del texto que te parezca más razonable y critica la más discutible.


19º. MARX
Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que una expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella.

K. Marx
RESPONDE :

1ª. Explica lo expuesto por Marx en el texto.
2ª. Explica el significado marxista de los siguientes términos: ideología, trabajo, proceso de producción.
3ª. Compara el pensamiento de Marx con el de otro/s autor/es.


20º. MARX
El problema de si puede atribuirse al pensamiento humano una verdad objetiva no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre debe demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poder, la terrenalidad de su pensamiento. La disputa en torno a la realidad o irrealidad del pensamiento -aislado de la práctica- es un problema puramente escolástico.
 

K. Marx, Tesis sobre Feuerbach
Cuestiones:
1ª. Explica el significado de las expresiones «problema práctico» y «problema escolástico» en el texto.
2ª. Relaciona el contenido del texto propuesto con el tema «alienación e ideología en el pensamiento marxista».
3ª. Compara la primacía de la práctica en Marx, que refleja el texto, con la primacía de la razón práctica en Kant.
Tarea final : Lee detenidamente este fragmento del texto de Marx y contesta:

(Marx)
         En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.

Tarea o producto final:

1) Explica las ideas que expone Marx en el texto y responde a la cuestiones siguientes :


(Marx)
         En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.

CUESTIONES:

1) Explica las ideas que expone Marx en el texto.

2) Explica el significado que tienen en Marx los términos o expresiones siguientes: capital, trabajo, plusvalía.

3) Relaciona las ideas del texto o la filosofía de Marx con la de otro u otros autores

4) Expón razonadamente tu posición personal sobre las ideas que aparecen en el texto o sobre el pensamiento de Marx, valorando su actualidad

PROXIMA ACTIVIDAD:SACAR LAS IDEAS PRINCIPALES DE LA AUTORA Y RELACIONARLA CON KARL MARX.

INTRODUCCIÓN. APUNTES SOBRE LA AUTORA.
 

Rosa Luxemburgo (1871-1919) no necesita presentación. De hecho, tal vez sea la única economista que resuena fuera del ámbito académico de la economía. Lo que no quiere decir que su sexo no fuera un freno a la extensión de sus ideas, incluso dentro del mundo socialista. Tendría que ser otra mujer, Joan Robinson, que publicó el libro más conocido de Rosa Luxemburgo, La Acumulación del Capital, en 1951 la que reconociera en una introducción de 15 páginas que Rosa había explorado casi por vez primera temas tan importantes en la economía como el incentivo a la inversión y que había creado una teoría del desarrollo dinámico del capitalismo, dando especial importancia al crecimiento de la demanda efectiva, con lo que anticiparía los modelos de crecimiento del siglo XX (ver Polkinghorn et al 1999). Rosa Luxemburgo ha sido estudiada por los historiadores del socialismo, especialmente en Alemania (creó el Partido Comunista Alemán) y por los antimilitaristas (se opuso a la Primera Guerra Mundial) y fue usada por los movimientos de los 60 y 70 como emblema. Tiene muchos defensores pero también acérrimos opositores. El pensamiento luxemburguiano no ha sido muy aceptado por los que han tentado el poder socialdemócrata, cuyo oportunismo señaló y que serían artífices de su muerte. Sus ideas fueron repudiadas muy especialmente por el comunismo y bolcheviquismo, un sistema planificador al que criticó y que ha perdurado 70 años dentro del peor terror de estado de la historia humana. El pleno del ejecutivo de la III Internacional de 1925 condenó, de hecho, el luxemburguismo como una herejía [i].
 EL GRAN INTERROGANTE Y LEITMOTIF DE ROSA LUXEMBURGO Las autoras más relevantes del periodo clásico –Jane Marcet, Harriet Martineau y Millicent Fawcett– eran británicas que escribieron cuando la economía y el mismo capitalismo se encontraban en estado de desarrollo. Basaban su ideología en el individualismo metodológico y, como Adam Smith, consideraban que la economía como ciencia estaba cercana a la filosofía moral, de la que derivaba. Por tanto, la forma en que se expresaban en una época de pasiones refinadas -el siglo XVIII y principios del XIX era a través de la literatura “galante”. Sin embargo, las autoras relevantes posteriores –Beatrice Webb, Rosa Luxemburgo y Joan Robinson– tienen en común que eran colectivistas en varios grados. Describían un camino hacia la libertad bien distinto del de las liberales clásicas (ver Dimant et al 2000). Escribían en un periodo en el que se estaba desarrollando el industrialismo, un momento histórico que llevó a la extensión del trabajo de larga jornada laboral en industrias hacinadas. En realidad, el salario había crecido y, lo que parecían “obreros industriales explotados”, eran ex-campesinos huidos del aislamiento de la aldea, cuya vía de escape para mejorar su situación era ese trabajo industrial. Sin embargo, a ojos vista, todo señalaba que el capitalismo naciente incurría en unos excesos inaceptables. Por eso, mientras la economía ortodoxa se expresaba a través de esos escritos y escritoras moderadas, se desarrollaba una rama crítica del capitalismo en lo social, económico y político.[ii] La crítica socialista llegaría a su punto álgido con los escritos de Karl Marx. Marx no “repudiaba” al capitalismo: lo consideraba una fase necesaria y positiva por la que tendrían que pasar todos los países. Pero el capitalismo, decía Marx, es un sistema basado en la explotación de la mano de obra, dado el doble carácter del trabajo según sea expresado en valor de uso o de cambio. Marx definió un concepto que sería fundamental en su análisis, el de la plusvalía, como la diferencia entre lo que el trabajador produce y lo que el empresario le paga como salario, que en el capitalismo es sólo el salario de subsistencia que reproduce y mantiene la mano de obra para el siguiente proceso productivo. Como el trabajo es la única fuente de valor y plusvalía dentro del sistema capitalista y el capitalismo es incapaz de dar empleo a la mano de obra, este sistema se autodestruye. Es decir, Marx predijo que las crisis económicas cada vez más extensas del capitalismo llevarían a una revolución que presagiaría su fin y el nacimiento de un sistema económico, el socialismo, que él creía que sería más humanizado. O, más bien, “deseaba” que fuera más humanizado -y brindamos esas comillas a su entrecomillamiento del “utopismo”, al que criticó pero en el que incurrió. La pregunta que dejaba en el aire Marx era cuándo acabaría el capitalismo. Rosa Luxemburgo comenzó su andadura intelectual, precisamente, intentando resolver ese interrogante de por qué la revolución no parecía más cercana en el siglo XX de lo que lo pareció en el XIX. A la pregunta de si sería posible la llegada del socialismo a través de una reforma en vez de con la revolución que auguraba Marx, Rosa respondió, definitivamente, “no”. Afirmaba que una reforma del capitalismo sólo lo alteraría, pero no traería el socialismo democrático que ella deseaba. Con el tiempo, para conseguir ajustarse al marxismo ortodoxo, el pensamiento de Rosa Luxemburgo tuvo que evolucionar de modo que ella misma tuvo que criticar el modelo económico de Marx. SUS PRIMEROS PASOS Y LA CUESTIÓN NACIONAL “Personificación de la unidad entre la teoría y la práctica, vida y obra de Rosa Luxemburg requieren una descripción de sus actividades tanto como de su pensamiento: ellos son inseparables. (…) Una “socialista científica”, como Rosa Luxemburg, cuyo motto fue “dudar de todo”, no podría haber deseado nada mejor que una evaluación crítica de su trabajo”.[iii] Rosa Luxemburgo nació en 1871 dentro de una familia culta [iv]. Era hija de un mercader judío, relativamente próspero, en la pequeña ciudad polaca de Zamosc, cerca de la frontera con Rusia. Sin embargo, en aquella época, la parte de Polonia en la que nació Rosa pertenecía a la Rusia zarista.[v] A los dos años, su familia se trasladó a Varsovia, donde mejoraron sus posibilidades tanto económicas como de educación. Pero tras su llegada, Rosa cayó enferma. Los médicos le diagnosticaron una tuberculosis, que resultó ser una inflamación de la cadera que no fue tratada correctamente. Como resultado, la articulación no se encajó bien y Rosa anduvo con una pequeña cojera el resto de su vida. Echó la culpa a sus padres por no haber pedido una segunda opinión y creyó que su cojera había facilitado a la policía su identificación en esa continua huida en la que se convirtió su vida. En la casa de los Luxemburgo, la educación era muy importante y Rosa consiguió ser admitida en una escuela donde las lecciones se daban en ruso y los estudiantes ni siquiera podían hablar en polaco. Los Luxemburgo hablaban alemán en casa y parece que Rosa también conocía el judeoalemán (Yiddish). No nos consta que lo usara en su casa, pero parece ser que cuando estaba en la cárcel hablaba con algunos prisioneros compañeros suyos en judeoalemán, dado que los guardias no lo hablaban. Sus estudios la hicieron conocer los escritos de Adam Smith y otros filósofos morales, y sus inclinaciones la llevaron a los escritos radicales, donde leyó a Marx y Engels. En su periodo de estudio, ya se involucró activamente en la política y, aunque consiguió aprobar meritoriamente sus exámenes, se le negó el reconocimiento público de sus logros, se decía que “por su actitud rebelde hacia las autoridades”. Cuando las actividades de Rosa se hicieron conocidas por las autoridades locales, temió que la arrestaran y, como otros exiliados políticos, se fue a Zurich (Suiza). Allí se convirtió en una emigrada estudiante en un tiempo en el que las ideas socialistas estaban en su punto álgido. Los estudiantes discutían las ideas socialistas y las tácticas mejores para traer la revolución final, o como debían ser educados los trabajadores y qué papel tendrían los intelectuales. Se preguntaban cuán centralizado o democrático debía ser el gobierno. Para Rosa Luxemburgo esos eran temas fundamentales y, aunque estudió literatura, botánica, geología y matemáticas, nunca le interesaron tanto como la economía política, que ella creía que podría –y debía- cambiar el mundo. Allí encontró también a Leo Jogiches, un organizador político que tenía 23 años, mientras ella tenía 20. Él le enseñó la práctica revolucionaria. Sin embargo, mantuvieron diferencias de criterios en cuanto a la organización de la revolución: Jogiches era “todo organización” y, sin embargo, Rosa era “todo desorganización”. Hasta el final, sus vidas profesionales y personales quedaron entrelazadas. Pero su relación empezó a deteriorarse con el éxito profesional de Rosa, algún tiempo después. Jogiches no soportaba estar en la sombra y ella se sentía culpable. Rosa se debatió entre mantener su vida profesional y su vida personal y, finalmente, ganó la profesional, dado que Leo y Rosa se separaron cuando ella acabó el libro de La Acumulación de Capital. Rosa Luxemburgo se doctoró en Filosofía y Derecho por la Universidad de Zurich en 1897 con la tesis El Desarrollo industrial de Polonia, su primera contribución a la economía. Consiguió inmediatamente que se la publicaran y fue reseñada en Alemania, Polonia y Rusia. En la tesis, analizaba el crecimiento de la industria polaca en el siglo XIX, demostrando que la Polonia rusa se había hecho tan dependiente del mercado ruso que las demandas políticas de independencia eran poco realistas. Su oposición a la independencia de Polonia fue poco popular entre los socialistas nacionalistas polacos e hizo que muchos de los que podrían haber sido sus aliados naturales se enfrentaran a ella. En el punto de la cuestión de las nacionalidades, Rosa Luxemburgo divergía de Lenin: según Luxemburgo, la autodeterminación de los pueblos era una herencia de la revolución burguesa, no una reivindicación socialista. Lenin escribió un opúsculo, El Derecho de autodeterminación criticando a Rosa Luxemburgo por su defensa de la sumisión polaca a Rusia. Cuando acabó sus estudios, Rosa Luxemburgo se trasladó a Berlín, centro del movimiento socialista. Para conseguir la ciudadanía alemana y evitar la deportación, contrajo matrimonio con el hijo de un amigo, aunque, que sepamos, nunca vivió con este marido de conveniencia, y siguió su relación con Leo Jogiches. REFORMA O REVOLUCIÓN En este periodo, Rosa Luxemburgo realizó diversas actividades revolucionarias, pero también intelectuales. Entre otras cosas, escribió en 1900 Reforma o Revolución, un pequeño escrito condenatorio de las teorías revisionistas de los textos de Marx, teorías de autores contemporáneos suyos, como Eduard Bernstein. Bernstein planteaba dos ideas heréticas según Rosa Luxemburgo. [vi] Una era su crítica a la estructura dialéctica de las teorías de Marx, la metodología de opuestos que producen un movimiento de liberación sin llegar a tocarse, que Rosa Luxemburgo creía fundamental para la revolución marxiana del pensamiento. La otra era la idea de que el socialismo puede lograrse reformando el capitalismo. Los adherentes de las teorías revisionistas, aunque eran marxistas, creían que debían modificarse los argumentos planteados por Marx y que el capitalismo tenía más potencial de sobrevivir de lo que Marx supuso. Creían que el capitalismo podía modificarse para conseguir una redistribución de la renta y riqueza. Defendían la reforma por medio de la presión continua de las trade-unions y cooperativas de productores y consumidores. La reforma se podía conseguir modificando el sistema existente y evitando la revolución que los marxistas ortodoxos creían necesaria. Rosa Luxemburgo, sin embargo, critica estas ideas, manteniéndose en la ortodoxia marxista. Afirmaba que un posible camino evolutivo al socialismo era una renuncia real al socialismo, dado que el sistema de trabajo asalariado se mantendría [vii]. Por otra parte, decía Rosa Luxemburgo, afirmar que el capitalismo no colapsará es afirmar que el socialismo “no” es históricamente necesario, frustrando las esperanzas del marxismo y considerando factible una realidad permanentemente alienada, sin salvación. Por último, y lo que es más importante, dice Rosa Luxemburgo, Marx, y los economistas clásicos antes que él, [viii] habían demostrado que las leyes redistribuidoras no logran una mejora social: los bajos salarios dependen de factores económicos ineludibles, no de las leyes humanas y éstas pueden, incluso, llegar a crear un inmovilismo que perjudique al conjunto de los trabajadores, aunque en el corto plazo beneficie a trabajadores particulares [ix]. EL ESPONTANEISMO Rosa Luxemburgo se convirtió en líder del ala izquierdista de los socialistas germanos, participando en cualquier tarea que creyese que adelantaría la revolución del proletariado contra la burguesía. Fue líder de los asuntos de los partidos polaco, ruso y alemán, organizadora de actividades de masa, defensora de las huelgas, y escritora en varios periódicos. Después de la Revolución Rusa de 1905, que se convertiría en un ensayo de la de 1917, Rosa Luxemburgo se trasladó a Polonia, donde fue detenida por haber tomado parte en la insurrección contra el gobierno zarista. Allí se le plantean los temas que serían más característicos del pensamiento luxemburguiano, como son la cuestión del espontaneismo de la clase obrera y el de la organización, puntos en los que se enfrentó sistemáticamente a Lenin. En la revolución se hizo fundamental la organización de todo, y el ejecutivo hizo signos de querer incrementar el poder de los líderes de las tradeunions en el partido, una fuerza conservadora, según Luxemburgo. Rosa Luxemburgo veía la espontaneidad como la forma revolucionaria de oponerse a esa burocracia sindical. Según ella, la acción revolucionaria debe pasar por un auténtico movimiento de masas y no por el estrecho marco del aparato del Partido socialdemócrata y de los sindicatos; las huelgas deberían tener como primer objetivo el derrocamiento del estado burgués, por lo que el problema de la organización no debería ser asunto de la jefatura sindical, sino que estaría en función de la interacción entre el movimiento global de la clase obrera y el grado de desarrollo de la conciencia de clase en un momento dado (“Huelga general”, 1906). “Un concepto rígido, mecánico y burocrático sólo reconocerá la lucha como producto de cierto nivel de organización. Por lo contrario, los desarrollos dialécticos en la vida real crean organizaciones como producto de la lucha” (cit. en Dunayevskaya 1985). Pero Rosa Luxemburgo se enfrentaba a la jefatura sindical no sólo porque era conservadora, sino porque únicamente se preocupaba por los obreros organizados, no por los no organizados, desde lo que se dio en llamar el lumpen proletariado (las capas urbanas más pobres excluidas del proceso productivo directo, hoy en día trabajadores marginales y peor retribuidos) hasta el artista, tan revolucionarios, según Rosa, como el proletariado. Es decir, los sindicatos no tendrían, según Rosa Luxemburgo, más finalidad que hacer surgir la conciencia revolucionaria de los trabajadores [x]. Sin embargo, la división entre menchevismo y bolchevismo ante la “cuestión organizativa” y la verdadera filosofía de la revolución se produjo en el Congreso de 1907. Rosa Luxemburgo se separaría tanto de los mencheviques como de los bolcheviques (Lenin). Para ella el proletariado debía estar apoyado por los campesinos, aunque luego se aboliera la propiedad privada de la tierra. Pero la burguesía no podía desempeñar el papel de dirigente del movimiento proletario. La relación de los tres estamentos (proletariado, campesinado y burguesía) quedaba definida, no de acuerdo con deseos e intenciones aisladas de aquellas clases, sino de acuerdo con su situación objetiva. Como Marx, Luxemburgo creía importante que la revolución se viera inscrita dentro de una lucha de clases histórica, en la que el individuo se perdiese y la propia necesidad histórica de la revolución crease en el proletariado una “confianza de clase”. Las personas no eran personas que sufrían: eran “revolucionarios” o “proletarios”. Más tarde, en 1913, Rosa rompería con Kautsky escribiendo La huelga de masas, el partido y los sindicatos, en el que empezaba a cuestionar, no sólo la jefatura de los sindicatos, sino la relación de la jefatura marxista con la espontaneidad. La Revolución de 1905 había revelado una relación nueva con la jefatura marxista. El proletariado de un país atrasado, Rusia, había demostrado estar “más adelantado” que los trabajadores de los países técnicamente avanzados, que debieran haber tenido una “experiencia acumulada a lo largo de lentos años”. En una palabra, espontaneidad no sólo significaba acción instintiva contra dirección consciente, sino una fuerza motora de la revolución y una jefatura de vanguardia. “El elemento de espontaneidad, como hemos visto, desempeña una gran parte en todas las huelgas de las masas rusas, sin excepción, ya sea como fuerza motora, ya como influencia moderadora… En suma, en las huelgas de masas de Rusia, el elemento de espontaneidad desempeña un papel tan predominante no por la razón de que el proletariado ruso sea “inculto” sino porque las revoluciones no permiten a nadie hacer el papel de maestro de escuela de ellas” (Cit. en Dunayevskaya (1985: 50). Los líderes, dice Rosa, sólo deberían ser las “partes que hablan”. Rosa Luxemburgoestaba elaborando una estrategia de la revolución, pero hizo especial hincapié en el hecho de que el desarrollo intelectual del proletariado era ilimitado: “Lo más precioso, por duradero, de esta rápida pleamar y bajamar de las olas es su sedimento mental, el desarrollo intelectual y cultural del proletariado” (cit. en Dunayevskaya 1985: 52). EL IMPERIALISMO En 1907, el Partido Social Demócrata Alemán (SPD) fundó una escuela en Berlín y escogieron a Rosa como profesora de economía política, donde iban alumnos que eran desde trabajadores hasta personas del partido que sabían poco del marxismo teórico. A Rosa Luxemburgo le gustó tanto la materia que impartía que empezó a escribir un libro para apoyar sus lecciones, Introducción a la Economía Política, que luego sería publicado póstumamente en 1925 [xi]. Fue durante la elaboración de este texto elemental marxista que Rosa encontró dificultades en los trabajos de Marx que no pudo resolver. Para ella, Marx no probaba satisfactoriamente que el capitalismo puro podría continuar creciendo en un mundo totalmente capitalista. En particular el problema que se encontraba era el incentivo a la inversión. ¿De dónde vendría la demanda para sostener la nueva inversión? El problema era la sobreproducción o infraconsumo: ¿cómo seguirían invirtiendo los capitalistas en la producción cuando no existen mercados rentables para estos bienes? La respuesta a estas preguntas se daría en el libro más conocido de Rosa Luxemburgo, La Acumulación de Capital: contribución a una explicación económica del imperialismo (1913), que ella creía que podría ser una continuación del libro 2 de “El Capital” que el propio Marx no pudo acabar, y que, por haberlo acabado Engels, debía sufrir de “engelianismos”. En él, Rosa Luxemburgo negaría el papel activo y la capacidad de conocimiento racional y de decisión de la socialdemocracia. Tras la Primera Guerra Mundial, en la cárcel, y ya con la certeza de haber tenido alguna razón en el tema del reparto y subordinación de unos países a otros, dentro del imperialismo, Rosa Luxemburgo escribiría el Segundo volumen, en este caso intitulado La Acumulación del capital, o lo que los epígonos han hecho de ella. Una anti-crítica, que respondería a las críticas a su primer volumen. El grueso del libro de La Acumulación de Capital consiste en debates con otros economistas sobre el tema colonial: desde Quesnay a Marx, pasando por Smith, Ricardo, Malthus, Say, MacCulloch, Sismondi, Rodbertus o von Kirchsmann… Como Marx, Rosa critica a los clásicos afirmando que no hay una relación directa entre producción y consumo, la famosa ley de Say. En la visión de Marx, el capitalismo, como los sistemas económicos previos, contiene la semilla de su propia destrucción. El capitalismo debe caer porque sufre una falta de demanda, por la caída de los beneficios y por una competencia frenética. La competencia y la caída de los beneficios causarán repetidas crisis, donde las pequeñas empresas serán expulsadas del mercado y los trabajadores del trabajo. El resultado será una reducción de la tasa de beneficios, desempleo tecnológico -por desplazamiento de la mano de obra por máquinas-, polarización de clases, conflicto y crisis industriales cada vez más severas. Al final, una crisis final llevará a la revolución y, tras ella, llegará el socialismo, más benévolo. ¿Es esto falso? No, dijo Rosa; sólo es incompleto. Su Acumulación de Capital estaba diseñada para ampliar el análisis de Marx, no para negarlo, especialmente en lo que respecta al supuesto de Marx de que estamos ante una economía cerrada o con una capitalismo extendido por todo el mundo. Además, el problema con el trabajo de Marx se centraba en la inversión –la acumulación de capital. Marx intentó demostrar cuantitativamente que la expansión económica continua podía ocurrir en una economía capitalista, aunque habría crisis. Pero, según Rosa, en el modelo aritmético de Marx se tenían que realizar supuestos muy especiales ya que si se usasen supuestos más probables, se llegaría a conclusiones diferentes. Además, se dejaba sin constatar la cuestión de la demanda efectiva de los bienes que resultaría de una capacidad productiva incrementada. En el modelo marxiano, se produce una cantidad masiva de bienes que no tendrán compradores porque los trabajadores ganarán bajos salarios y vivirán en condiciones paupérrimas, siendo desplazados por las máquinas. Los capitalistas no consumen, sino que reinvierten el excedente para incrementar sus beneficios y mantener la acumulación de capital. Los valores producidos en la sociedad capitalista no son los utilizados por los trabajadores ni aún por los capitalistas, sino por “El Capital”. No son “personas” quienes realizan la mayor parte de la plusvalía, sino que se realiza por medio de la constante ampliación del capital, la ampliación del periodo promedio de producción o reducción de los precios relativos de los bienes en cuya producción interviene ampliamente el capital fijo o capital fijo de mayor duración del medio con el cual se estima el precio, como diría Ricardo. Pero en una sociedad con acumulación continua de capital, la inversión sólo se garantizará si hay un mercado en continua expansión para los bienes producidos: los capitalistas no continuarán produciendo e invirtiendo si no pueden vender su output con beneficio. Su conclusión sería que para lograr una acumulación de capital continua debe haber “un estrato de compradores fuera de la sociedad capitalista”, algo que se logra a través del imperialismo y explotación de países no capitalistas, o mejor dicho, precapitalistas (colonias o partes independientes), dado que en el largo plazo llegarían a ser capitalistas. [xii] Su respuesta fue que el capitalismo puede sobrevivir gracias a que invade las economías primitivas, a través del imperialismo. Con el comercio o conquista, los países capitalistas exportan sus crisis económicas y los países no capitalistas proveen mercados para el excedente de bienes producidos en los países desarrollados, mientras la propia producción de los subdesarrollados es desplazada. “Sólo la continua y progresiva desintegración de las organizaciones no capitalistas hace posible la acumulación de capital”. Incluso en economías poco desarrolladas, aunque no primitivas, donde la tasa de beneficios es mayor que en casa, habría un desplazamiento de su producción por la competencia. Además, las colonias aportan al país imperialista bienes que no podría obtener de otro modo, como los bienes intermedios. Esto incrementa los beneficios y provee empleo en casa, dado que la explotación se exporta al resto del mundo. Las crisis económicas se reducirán en la madre patria y el capitalismo parecerá beneficioso para los empleadores y trabajadores de los países desarrollados – pero no para los países subdesarrollados. Luxemburgo concluiría, contra Marx, que podemos esperar sentados a que el capitalismo se desplome por un decrecimiento de la tasa de ganancia. Además, la búsqueda de mercados rentables llevaría a conflictos entre los países capitalistas. La guerra es especialmente rentable si se produce entre las potencias coloniales: incrementa los beneficios y absorbe mucha producción, lo que elimina el excedente de bienes de los países capitalistas, pero no destruye su capital acumulado. El capitalismo usa cada vez más el militarismo para encontrar los medios de producción y fuerza de trabajo de los países no-capitalistas. Sin embargo, el aplazamiento de las crisis económicas no duraría siempre. A no ser que los mercados y guerras rentables se expandan indefinidamente, volverá la sobreproducción global. El capitalismo necesita de otros sistemas económicos y, aunque la tendencia es a que se haga universal, lleva en sí el germen de la destrucción por sus contradicciones internas, como después de todo decía Marx. Una conclusión que podíamos sacar es que Rosa Luxemburgo, simplemente, había introducido una etapa más, la imperialista, en la necesaria llegada del socialismo marxiana. [xiii] Pero para ella la acumulación ya no es sólo una relación interna entre el capital y el trabajo, sino entre el ambiente capitalista y no capitalista. De ser una sustancia derivada del trabajo, para Rosa la acumulación de capital se ha convertido en una cuyo principal sostenimiento es una fuerza exterior: el ambiente no capitalista. Por otra parte, contra Marx, es el mercado el que determina la producción, lo que hace perder el sentido de clase o de lucha de clases de la ampliación de producción marxiana. De modo que el modelo de Rosa se basa en una idea más afín a la economía “burguesa”: en la demanda efectiva, necesaria para que se dé la producción. Este parecido con la economía oficial, que podría verse como una alabanza, es criticado y aborrecido por los marxistas [xiv]. Ellos se defienden de esta “afrenta” diciendo que lo que Marx quería decir con su “producción por producción” era que, aunque el capital constante no se consuma personalmente, se consume productivamente, es decir, produciendo medios de producción o máquinas. Lo que Marx describe es lo que él llamaba la gran contradicción del capitalismo, en que se produce la degradación del trabajador hasta no ser más que un apéndice de una máquina, a pesar de que el trabajo es el único que produce plusvalía. Como la fuerza de trabajo es la mercancía suprema, la única fuente de plusvalía, la incapacidad del capitalismo para reproducirla condena al propio capitalismo. Para Rosa Luxemburgo, sin embargo, son las sociedades capitalistas las que constituyen la “reserva de la fuerza de trabajo”. Esto puede echar por tierra la necesidad histórica de la revolución proletaria: especialmente porque la negativa de su teoría -las masas coloniales- no aparecen en ella como revolucionarias, y la metodología dialéctica, desaparece. Rosa Luxemburgo no renuncia al desplome del capitalismo por sus contradicciones internas o externas, pero no logra demostrar la necesidad de ese derrumbe porque el “enterrador” del capitalismo, que para Marx era el proletariado, única sustancia valorizadora del sistema, en el caso de Rosa no está localizado dentro del capitalismo, sino fuera, en los estratos no capitalistas. Por otra parte, para Luxemburgo, Marx no explica como se mantiene esa “producción por producción” sin alguien que la consuma: sin embargo, eso nos podría llevar a inaugurar una teoría del valor -utilidad, que sustituiría la teoría valor– trabajo marxiana. Pero, como sabemos, Rosa Luxemburgo despreció la teoría -utilidad del valor: “Es decir, para Bernstein, el trabajo social de Marx y la utilidad abstracta de Menger son bastante parecidos; abstracciones puras. (…) El trabajo humano abstracto que descubrió Marx no es, en su forma más desarrollada, sino el dinero. (…) Abrazados al hijo de su ingenio, Bernstein, Boehm y Jevons, y toda la cofradía subjetiva pueden permanecer veinte años en contemplación del misterio del dinero, sin llegar a ninguna conclusión distinta de la de un zapatero, fundamentalmente que el dinero es “útil”. (…) Cualquiera que tenga un conocimiento mínimo de la economía marxista sabe que sin la ley del valor la doctrina marxista es incomprensible. (…) La clave que le permitió a Marx desentrañar los fenómenos capitalistas fue su concepción de la economía capitalista como fenómeno histórico, no sólo en la medida en que lo reconocen en el mejor de los casos los economistas clásicos, es decir, en lo que respecta al pasado feudal del capitalismo, sino también en lo que concierne al futuro socialista del mundo” (Luxemburgo 1937: 33-4). LA REVOLUCIÓN “DESDE ABAJO” Sin embargo, fue su actividad política, no sus escritos económicos, lo que llevó a la cárcel a Rosa Luxemburgo. Ella creyó que se podría haber evitado la Primera Guerra Mundial si los trabajadores se hubieran negado en masa a luchar por el imperialismo con una huelga general. Cuando el gobierno alemán pidió créditos para la guerra en 1914, Rosa pensó que los socialistas alemanes del Parlamento votarían en contra. Pero los hechos probaron que estaba equivocada, dado que todos menos uno votaron a favor. A pesar de su decepción, continuó defendiendo la revuelta, el socialismo internacional y el fin de la guerra. Se hizo conocida por sus detractores como “The Red Prima Donna” o “la Rosa judía” y estuvo en peligro de ser arrestada. El arresto llegó a principios de 1914 cuando se le acusó de arengar a los soldados al amotinamiento, pidiéndoles que no lucharan contra sus “hermanos proletarios”. En prisión, siguió escribiendo y consiguió que se sacaran sus escritos al exterior. Allí, hizo un panfleto defendiendo de nuevo el internacionalismo y atacando la autodeterminación burguesa de los pueblos con el seudónimo Junius. Concluye Junius, “mientras existan Estados capitalistas, es decir, mientras la política mundial imperialista determine y regule la vida interna y externa de una nación, no podrá haber “autodeterminación nacional” ni en la guerra ni en la paz”. A pesar de que no estuvo de acuerdo con la forma en que se produjo la revolución de 1905, Rosa celebró la de 1917. Cuando ésta surgió, sin embargo, se quejó de las tendencias oligárquicas de la dirección del partido, que entorpecían la resolución del problema de la técnica revolucionaria, que ella creía que debía resolverse “desde abajo”. Otra vez volvía a su teoría del espontaneismo, que buscaba a tientas la ruptura con un tipo de alienación que ella estaba describiendo por primera vez, la de la opresión de las organizaciones burocráticas (Trincado 2004). [xv] Hemos de decir que, a pesar de su teoría espontaneista, Rosa no estaba negando la necesidad de centralismo, ni subestimando las dificultades de organización a las que se enfrentan los revolucionarios frente a los regímenes absolutistas. Lo que objetó fue que se hiciera una virtud de la necesidad y convertirla luego en un verdadero principio. A este concepto de organización lo llamó “ultracentralista”. Era necesario, decía ella, replantearse el concepto de revolución permanente, uniéndola a la acción independiente y directa de las masas, sin renunciar a una organización que permita el éxito de la revolución. La clase obrera, decía Rosa Luxemburgo, debe ser libre “de cometer sus propios errores y de aprender por sí misma la dialéctica histórica. Por último, debemos reconocer francamente que los errores cometidos por un movimiento laboral verdaderamente revolucionario son, en el aspecto histórico, infinitamente más fructíferos y más valiosos que la infalibilidad del mejor de todos los posibles “comités centrales””. La libertad sólo para los partidarios del gobierno, decía, no es libertad. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de otra manera. UNA BRUTAL MUERTE En un motín en 1918, cuando comienza la Revolución Alemana y el desplome del régimen imperial, las masas revolucionarias llegaron a las puertas de la prisión de Breslau (Polonia) y liberaron a Rosa Luxemburgo. En el mismo 1918, Rosa funda el Partido comunista alemán (KPD) que, un año más tarde, organizaba la insurrección armada de Berlín. Con la caída del Kaiser, Rosa volvió a sus actividades revolucionarias. La república de Alemania, de 1919 a 1933, nació rodeada por una atmósfera revolucionaria: los soldados y obreros constituyeron consejos al estilo de los soviets rusos. Luxemburgo, Jogiches y Karl Liebknecht, disconformes con la posición de la socialdemocracia alemana a raíz del voto a los créditos de guerra, fundaron la liga espartaquista, que se propuso como objetivo principal la lucha contra la guerra imperialista y que se negó a colaborar con el gobierno socialdemócrata por considerarlo revisionista (ver Gómez Llorente 1975) [xvi]. Rosa encabezó el levantamiento espartaquista de 1919 y pidió todo el poder para los consejos, al ser elegida jefa del recién nacido Partido Comunista de Alemania. Muchos revolucionarios estaban siendo arrestados por personas y policía que apoyaban el viejo régimen, y Rosa lo sabía. Pero los ministros socialdemócratas detuvieron la revolución lanzando el ejército contra los insurrectos cuyos dirigentes fueron asesinados. El 14 de enero 1919, Luxemburgo escribió El orden reina en Berlín, apelando de nuevo a la revolución en ese orden post-bélico. Cuando estaba escondida en el apartamento de un amigo, el 15 de enero de 1919, fue arrestada junto con Karl Liebknecht por un grupo local paramilitar. Fueron interrogados en el Hotel Edén que hacía de centro de operaciones, y la orden era llevarlos a la prisión civil más cercana. Mientras los llevaban al coche, sin embargo, eliminaron primero a Liebknecht y uno de los soldados, golpeó a Rosa dos veces en la cabeza con la culata de su rifle. Parece ser que estaba a las órdenes de Noske, ministro de defensa al que el Gobierno dirigido por el partido socialdemócrata bajo dominio del canciller Ebert había encargado la represión. Rosa Luxemburgo fue arrastrada al coche, la golpearon de nuevo y la mataron con un disparo en cabeza. Tiraron su cadáver al canal, donde fue descubierto meses después tan mutilado que fue imposible reconocerla. La versión oficial, sin embargo, fue que Liebknecht había sido disparado en un “intento de fuga” y Rosa linchada por la muchedumbre enloquecida. Leo Jogiches, sorprendido e indignado por el asesinato de su antigua compañera, investigó el crimen, logró publicar declaraciones de testigos oculares y una fotografía de los soldados que cometieron el asesinato, que se decía que estaban celebrándolo en el hotel donde fueron interrogados. Esta revelación probablemente fue lo que resultó en su arresto. Sin embargo, a pesar de que se suponía que el asesinato fue preparado por el gobierno, y hubo grandes protestas, sólo arrestaron a un soldado y un oficial por dos años cada uno. Tres semanas después, Jogiches sería también asesinado, el 10 de marzo. INFLUENCIAS EN LA ECONOMÍA. Una obra nunca es bella a menos que, de alguna manera, se escape de su autor. D. H. LAWRENCE. La cita de Lawrence es aplicable a Rosa Luxemburgo, no sólo porque alertara a los socialistas del peligro de una revolución recién realizada, sino por sus legados a la economía tanto heterodoxa como ortodoxa. Rosa legó dos ideas fundamentales a sus seguidores marxistas: 1. Mostró el error de Marx en su modelo de acumulación de capital. Las conclusiones de Marx dependían de hacer unos supuestos especiales en sus ejemplos aritméticos, y no había razón para pensar que seguirían en las actuales circunstancias. 2. Descubrió la relación entre la expansión colonial y el capitalismo y que el imperialismo puede sostener el capitalismo a costa de la desintegración de las naciones precapitalistas. Pero a los autores ortodoxos también les legó algunas cosas. Como dijimos, en 1951, el libro La Acumulación del Capital fue publicado en Yale University Press, con una introducción de Joan Robinson. Tras analizar los modelos marxistas sucesivos que Rosa Luxemburgo había desarrollado, Robinson tradujo el problema de la acumulación de capital en términos modernos. El problema que Luxemburgo exploró, dijo Robinson, fue el incentivo a invertir: sólo se producirá inversión en un stock de capital continuamente acumulativo si a los capitalistas se les asegura un mercado siempre creciente de bienes que produzca el capital. Incluso Robinson reconoció que Rosa había creado una teoría del desarrollo dinámico del capitalismo y, haciéndolo, estaba en el umbral de una teoría más completa de la inversión. Sin embargo, en este libro que había esperado 38 años para ser traducido al inglés, se eliminó el subtítulo y la nota introductoria de Rosa Luxemburgo, que lo vinculaba al tema del imperialismo, a pesar de que Rosa había elaborado el libro para resolver este tema tan crítico. Con lo cual, a los autores no marxistas, Rosa Luxemburgo les legó: 1. Proveyó una explicación excelente del boom secular del último siglo atribuido a la expansión del capitalismo en todo el mundo. 2. Señaló el tema del crecimiento efectivo de la demanda y anticipó los modelos de crecimiento del siglo XX. 3. También señaló el tema de la adecuación de la demanda efectiva, algo que, sin duda, ya había sido analizado en el pensamiento económico, desde el mismo Malthus. Sin embargo, Rosa dio especial importancia a un tema que luego sería céntrico en la economía ortodoxa, como es el del defecto de incentivo a la inversión. El estancamiento o ausencia de la demanda secular ha recibido mucha atención por los economistas del siglo XX y Rosa señaló que ese estancamiento lleva al colapso económico. Sin embargo, no llegó a señalar la necesidad de que se igualen la inversión y el ahorro, algo que haría Keynes en la Teoría General. CONCLUSIÓN No cabe duda de que Rosa Luxemburgo tuvo un chispazo de genio ante el surgimiento de la primera revolución rusa, al indignarse con la forma en que se estaba produciendo. A pesar de sus ideas socializantes, presenció el estado embrionario de una revolución que deseaba, y, desde el principio, la criticó. Estas críticas, por otra parte, las realizó cuando Rusia todavía no se había convertido en la dictadura totalizante que luego fue. Su propuesta de espontaneismo como forma de liberación de las masas se dirigió en algunas ocasiones a la implantación de otra forma de subordinación política, la de “los iluminados proletarios” que deberían de crear una conciencia u organización, un plan o regulación, en el mundo “anárquico” capitalista (Luxemburgo 1974; 48), en otras a la defensa del consejismo obrero como “forma por fin descubierta” en que sería posible la liberación de los trabajadores. Un consejismo que no fue más que un modo transitorio de superar el proceso caótico revolucionario, en el caso de la URSS, y que también ha sido una experiencia fallida históricamente, en el caso yugoslavo. En cualquier caso, de todos los marxianos, Rosa Luxemburgo fue la más crítica con la forma de actuar de los marxistas y con las teorías de Marx, demostrando una libertad de pensamiento superior a la de sus contemporáneos. Además, su misma teoría del espontaneismo descubrió una nueva forma de alienación, la de la opresión de las organizaciones burocráticas. En la teoría económica, Rosa Luxemburgo, mostró el error de Marx en su modelo de acumulación de capital, iniciando el estudio de la relación entre la expansión colonial y el capitalismo. Algunos economistas ortodoxos han creído ver en su teoría un preludio de la teoría de Keynes y dicen que Rosa Luxemburgo señaló por vez primer el problema de la falta de incentivo a invertir. Sin embargo, posiblemente, Rosa hubiera preferido ser leída, simplemente, como una divulgadora del pensamiento de Karl Marx, y, como buena divulgadora, como una lectora crítica de su obra que mostró la justificación y el camino de una revolución contra el poder. 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E., (1978), Autogestión y Socialismo 1, “Ni socialdemocracia, ni bolchevismo”, Rosa Luxemburgo, Castellote editor, Madrid. NOTAS [i] “Por su puesto, la clase dominante – sea yanqui, alemana, japonesa, mejicana o lo que fuere – no tiene el menor interés en decir la verdad sobre Rosa Luxemburgo. (…) Pero los detractores de Luxemburgo provienen también de muchas tendencias de la izquierda tradicional” (Luxemburgo 1976, Tomo 1, introd. de Mary – Alice Waters). [ii] Esa crítica, sin embargo, también provino del conservadurismo que parecía sufrir nostalgia de aldea. Por ejemplo, entre los conservadores, Carlyle temía el cambio al nuevo sistema mientras hablaba de la economía como la “ciencia lúgubre”, comparándola con el arte, “ciencia alegre”. Eso sí, a esa crítica le añadía la defensa de la esclavitud y del genocidio en Jamaica (Carlyle 1853; 1956 y 1971). Dickens, en “Tiempos difíciles”, se sumaba a la crítica de Carlyle afirmando que la economía es una “ciencia lúgubre”, frente a la literatura, “ciencia alegre”. Al mismo tiempo, este literato también defendía la esclavitud y el genocidio, eso sí, muy alegremente. Ver Levy (1999), y (2000). [iii] Introducción de Clif (1971). [iv] Rosa nació pocos días antes de que los obreros franceses proclamaran la Comuna de París y murió poco más de un año después de la conquista del poder por los bolcheviques rusos en la Revolución de Octubre. [v] En 1772, el país cayó bajo la dominación rusa, lo que trajo consigo el primer reparto de Polonia entre Austria, Prusia y Rusia. Napoleón independizó en 1807 una pequeña porción de Polonia y creó el ducado de Varsovia, pero éste volvió a formar parte de Rusia en los Tratados de 1815. Hubo varias insurrecciones polacas aplastadas sangrientamente, como la de 1830 y la de 1863. Sólo hasta el Tratado de Versalles, tras la Primera Guerra Mundial, se dio la independencia a Polonia. [vi] “Si es cierto que las teorías son sólo imágenes de los fenómenos del mundo externo en la conciencia humana, debe añadirse, en lo que respecta al sistema de Eduard Bernstein, que las teorías a veces son imágenes invertidas” (Luxemburgo, 1937: 7). [vii] “No es cierto que el socialismo surgirá automáticamente de la lucha diaria de la clase obrera. El socialismo será consecuencia de (1) las crecientes contradicciones de la economía capitalista y de (2) la comprensión por parte de la clase obrera de la inevitabilidad de la supresión de dichas contradicciones a través de la transformación social./ Cuando, a la manera del revisionismo, se niega la primera premisa y se repudia la segunda, el movimiento obrero se ve reducido a un menor movimiento cooperativo y reformista./ Aquí nos desplazamos en línea recta al abandono total de la perspectiva clasista.” (Luxemburgo 1976, Tomo 1: 80). [viii] A pesar de que Mill renunció al final a la idea de fondo de salarios que depende del capital existente, lo que para Marx era un signo de debilitamiento de la economía política. [ix] Luxemburgo da especial importancia a la técnica “Es obvio que en la técnica de producción, el interés del capitalista está de acuerdo, hasta cierto punto, con el progreso y desarrollo de la economía capitalista. Es su propio interés el que le lleva a realizar mejoras tecnológicas. Pero el trabajador aislado se encuentra en una posición absolutamente diferente. Cada transformación técnica contradice sus intereses. Agrava su situación desamparada al depreciar el valor de su fuerza laboral haciendo su trabajo más intenso, más monótono y más difícil” (Luxemburgo 1937: 17). [x] Pero, junto con su ofensiva contra el sindicalismo, Rosa Luxemburgo, curiosamente, también atacaba al cooperativismo. “El socialismo de Bernstein se realizará con ayuda de dos instrumentos: los sindicatos – o, al decir de Bernstein, la democracia industrial – y las cooperativas. Los primeros liquidarán la ganancia industrial, las segundas liquidarán la ganancia comercial. Pero en la economía capitalista (…) los obreros que forman una cooperativa de producción se ven así en la necesidad de gobernarse con el máximo absolutismo. Se ven obligados a asumir ellos mismos el rol de empresario capitalista, contradicción responsable del fracaso de las cooperativas de producción, que se convierten en empresas puramente capitalistas o, si siguen predominando los intereses obreros, terminan por disolverse.(…) Dentro del marco de esta sociedad, las cooperativas de producción se reducen a meros apéndices de las de consumo. Parecería, por tanto, que éstas deberían ser el comienzo del supuesto cambio social. Pero de esta manera la supuesta reforma de la sociedad mediante cooperativas deja de ser una ofensiva contra la producción capitalista. Esto es, deja de ser un ataque directo a las bases fundamentales de la economía capitalista. Se convierte, en cambio en una lucha contra el capital comercial, sobretodo el capital comercial pequeño y mediano. Se vuelve un ataque contra las ramas más pequeñas del árbol capitalista.” (Luxemburgo 1937: 35-41). [xi] Un texto en el que Luxemburgo presenta como ejemplo de organización mejor que la anarquía del capitalismo una organización cuasi – medieval que hace echar en falta ese nuevo crecimiento propio de la era comercial y basado en la independencia humana que ya había expuesto Smith un siglo y medio antes y que Rosa conocía perfectamente. [xii] Rosa Luxemburgo caracterizaba el imperialismo por una competencia de los países capitalistas por conquistar a los no capitalistas y las oportunidades de inversión, por las barreras arancelarias, por los monopolios en el ámbito mundial especialmente en las finanzas y préstamos, por el militarismo. Consideraba que el ataque de Japón a China en 1895, que condujo a la intrusión de las potencias europeas en Asia y África, era fundamental para el comienzo de una época nueva para el desarrollo capitalista. [xiii] Aunque, hemos de recordar, otros autores también incidieron en el tema del imperialismo. Destacaremos los trabajos de Hilferding, que afirmaba que el capital financiero expansionista era la última etapa del capitalismo; y de Lenin, que también en esto estuvo contra Luxemburgo, dado que creyó que la ley de Say funcionaba – la producción crea su propio mercado -, pero las plétoras no estaban fuera de la producción, en la demanda, sino en la anarquía de la producción – el subconsumo no es más que un elemento subalterno (Rodríguez Braun 1989: 193-205). [xiv] “La acumulación del capital de Rosa Luxemburgo es una crítica de la teoría marxista de la reproducción ampliada, que aparece en el volumen II de El capital. La cuestión de la acumulación de capital ha sido el tema central de la economía política. (…) Rosa Luxemburgo ocupa una posición notoria pero no envidiable en este debate: la de una revolucionaria aclamada por los economistas burgueses por haber aportado “la formulación más clara” del problema de la “demanda efectiva” hasta la llegada de la “Teoría general del empleo, el interés y el dinero”, de Keynes” (Kalecki, 1939: 46). [xv] “No hay otro medio de aprenderlo. Ya que felizmente hemos sobrepasado la época en que se trata de hacer la educación doctrinal, teórica, del proletariado. Esta época parece aún existir en la actualidad para los marxistas de la escuela kautskista. Hacer la educación socialista de las masas proletarias significa para ellos dar conferencias y difundir panfletos y libros. La revolución, la escuela práctica de los proletarios no tiene necesidad de ellos. Educa en la acción. (…) Pienso que la historia no nos facilita la tarea tanto como lo hizo para las revoluciones burguesas; no es suficiente con derrocar el poder oficial, central y sustituirlo por algunas docenas o algunos miles de hombre nuevos. Es necesario que trabajemos de abajo arriba, y ello corresponde justamente al carácter de masas de nuestra revolución, cuyos objetivos tienen en vista el fondo de la constitución social; esto corresponde al carácter de la revolución proletaria actual, a saber que debemos hacer la conquista del poder político no desde arriba, sino desde abajo” (Valderrama 1978: 116- 117). [xvi] Sin embargo, entre algunos de la socialdemocracia también había un profundo sentimiento antimilitarista y anticolonialista, con lo que hubo aplausos por la actitud de Rosa Luxemburgo. Dijo Ledebour (que no era amigo de Rosa Luxemburgo), acudiendo en defensa suyo: “La camarada Luxemburgo ha entrado frecuentemente en conflicto conmigo… aún entraremos en conflicto más a menudo… (Pero) las manifestaciones de masas contra la guerra y los belicistas, como las que han ocurrido, no son realización de Müller y del ejecutivo… sino de la camarada Luxemburgo, gracias a sus críticas” (Cit. en Dunayevskaya 1985: 69).

AQUÍ LES DEJO UNA PELÍCULA SOBRE ROSA DE LUXEMBURGO DISFRÚTENLA!!!

Observa paso a paso :



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